Solo hay tres dictaminadores en la JFCA para atender 12 mil expedientes

By on julio 4, 2024

En la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), hasta antes de su cierre, solo contaban con tres dictaminadores y dos de apoyo para un total estimado de 12 mil expedientes que siguen en trámite. Mientras que los notificadores eran cinco, pero solo tres desempeñaban funciones acordes al puesto y cada uno hacía hasta 2 mil encargados, con apoyo mensual para viáticos de solamente de 3 mil 500 pesos.

La falta de personal y de recursos causó el gran cúmulo de expedientes, y es que hasta hace 13 años, tan solo los dictaminadores eran ocho.

Uno de los periodos de más precariedad y malos tratos al personal se vivió cuando Bertha Marbella Medrano Hurtado fue presidente de la Junta por alrededor de nueve años.

En ese entonces había escasez de papel, sobre todo a fin de año; los trabajadores tenían que poner de su dinero para hojas y hubo momentos en que cooperaban para la recarga del tóner y llegaron a quedarse sin impresora, por lo que tenían que pedir prestada una a la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), pero solo se las facilitaban durante una hora.

El horario de trabajo, añaden, nunca se les respetó, ya que siempre tenían que llegar antes y/o salir después de las 6 de la tarde, debido a que el tiempo estipulado no les era suficiente para avanzar sus en sus tareas.

En el ciclo de Marbella Medrano, añadieron, hubo momentos en que se les hacía trabajar 24 o más horas porque así se los indicaba la presidenta y también era recurrente que les pidiera que los laudos salieran en un sentido contrario a lo que la ley ordenaba, a fin de proteger a algunos despachos de abogados.

“Había línea para ciertos despachos en donde no se les podía sacar nada condenatorio….La doctora revisaba el laudo completo, había que hacer modificaciones a lo mejor en acentuaciones, puntuaciones, a veces cambiaba los criterios que teníamos, si el laudo había salido condenatorio, pues que lo quería absolutorio y si había salido absolutorio, que lo quería condenatorio”.

La revisión de proyectos era otro problema, porque citaba a tempranas horas y había que esperar al personal mientras se preparaba su desayuno u ordenaba café para los asistentes a las reuniones, además de constantemente interrumpía estas últimas.

“Entrabamos a revisión y de repente se le ocurría que tenía que hablar con la licenciada Claudia y en ese momento le gritaba: Claudia, entraba la licenciada y se ponía a platicar el asunto que ya tenía con ella. Mientras que yo, ahí, sentadito para revisión ya no me hacía caso. Ya salía la licenciada Claudia y se le ocurría que tenía que hablar con alguna de las secretarias de Acuerdo y la mandaba a traer a gritos. La revisión de un proyecto, si bien nos iba, era de tres a cuatro horas”.

Añadieron que Marbella Medrano se atrevía a apostar sobre los asuntos, si eran absolutorios o condenatorios, y frecuentemente cambiaba los criterios para darse a sí misma la razón.

En opinión de los trabajadores, todo eso fue influyendo para que se acumularan los asuntos ya que, además, debido a que alguna de las partes no quedaba conformes con los laudos en el sentido que la presidente los ordenaba, los amparos estaban a la orden del día por lo cual, incluso a la fecha todavía hay juicios sin resolver a causa de ese comportamiento de la ahora extitular.

Sin vehículo y con escaso dinero, laboraban actuarios.

Los actuarios, encargados de hacer las notificaciones en la JFCA, tenían que desplazarse por sus propios medios a cualquier rincón del estado que se les mandara, solamente se les daban 3 mil 500 pesos de apoyo mensual para viáticos y no contaban con seguro de vida, pese a enfrentarse a situaciones de riesgo.

Uno de ellos relató en alguna ocasión tuvo que ir a Cuyoaco a hacer un requerimiento de amparo y un hombre, con machete en mano, salió a amenazarlo.

“No nada más en asuntos de notificación, en requerimientos de embargo, son cuestiones pesadas, tienes que constituirte en el domicilio de la empresa porque no quieren pagar, te mandan a los trabajadores, se ponen pesados, te quieren golpear, no te dejan pasar”.

Negaron bases y liquidación a eventuales

Pese a tener hasta 13 años laborando en la Junta Federal de Conciliación y mostrar resultados superiores a los sindicalizados, cuando menos a cuatro eventuales se les negó la basificación y durante el tiempo que prestaron sus servicios solo se les renovaba contrato cada tres meses.

Los extrabajadores de la institución, consultados por esta casa editorial, comentaron que los dictaminadores tenían una meta establecida de 22 sentencias o laudos, pero los que tenían plaza recurrentemente no alcanzaban esa cifra, a diferencia de los empleados temporales que incluso llegaban a rebasarla.

Expusieron que se daba preferencia a dictámenes por amparos, porque de no hacerlo, la Junta podría ser requerida o apercibida con un mínimo de 100 y hasta mil Unidades de Medida y Actualización, es decir, con hasta 108 mil 570 pesos.

De las liquidaciones para eventuales, no las hubo, solo se les dijo que recibirían en diciembre lo proporcional, los cual significa nada más el aguinaldo.

Los trabajadores sostienen que el ahora expresidente de la Junta Especial 33, Ricardo Paz Ugalde, omitió informar a prácticamente todos los trabajadores de que el cierre de la institución en Puebla se aproximaba, pero sí lo hizo con algunos, puesto que el día en el 17 de junio, cuando supieron que perderían su puesto, algunos empleados ya tenían nombramiento para la Junta de Tlaxcala; otros más aceptaron irse a la Ciudad de México y ninguno a Oaxaca.

El personal temporal alista demandas para hacer valer sus derechos.

Con información: La Jornada de Oriente

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