Posteriormente, adquirieron el Centro Internacional de Medicina (CIMA) por un monto de 427 millones de pesos, el cual estaba ubicado en la Reserva Atlixcáyotl en San Andrés Cholula y ahí se pretendía construir un nuevo hospital, pero jamás se utilizó. Hasta el 2021 confirmaron que se construiría una nueva sede en el mismo lugar (colonia Villa San Alejandro) y comenzó el desmantelamiento de San Alejandro.
Para el 2020, el nuevo director del IMSS, Zoé Robledo, firmó un convenio con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para la construcción del nuevo proyecto y hasta el 2022 fue demolido. Desde mayo del 2022 a junio del 2023, se tuvo un avance solo del 1.6 por ciento. Mientras que de enero a junio del 2023 no se ejerció ni un sólo peso del financiamiento que se aprobó.
Para junio de este año, Robledo Aburto, y el secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela, visitaron Puebla para supervisar los avances de la reconstrucción. En el recorrido estuvo presente el actual gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien confirmó la inversión de más de 2 mil 300 millones de pesos y un avance del 70 por ciento.
El mandatario anunció que el nuevo hospital tendrá mil 600 trabajadores, 180 camas, 37 consultorios, 10 sillones de quimioterapia, 17 unidades de Hemodiálisis, Clínica de Mama, Sala de Hemodinamia, Tomógrafo y otras áreas de especialidades.
“Es una vergüenza que a 7 años no esté listo”: comerciantes
El Sol de Puebla realizó un recorrido en el Hospital de San Alejandro, en donde se pudieron ver a varios trabajadores interviniendo el inmueble. En los cuatros pisos hubo movimiento y también se vio la presencia de camiones con material para la construcción.
De la “Puerta 1” salió repetidamente un camión con insumos para la edificación, de la “Puerta 2” había grúas que apoyaron a los trabajadores para elevar el material pesado y en la “Puerta 3”, se vieron varias personas inspeccionado los trabajos.
En los alrededores de San Alejandro hay varios ambulantes, pero refirieron que ellos llegaron en últimos meses para convertirse en una opción de comida para los trabajadores, no estaban aquí hace siete años cuando ocurrieron los hechos.
Los negocios establecidos que pudieron seguir con su actividad pese a la baja de movimiento en la zona, son una papelería, una panadería, una farmacia, una estética, pero la mayoría de restaurantes y comercios dedicados a aparatos de la salud, no contaron con la misma suerte.
“Es una vergüenza que a 7 años no esté listo”, fue lo que comentó Maritza García, quien vende jugos y frutas en la Puerta 3 del hospital. Para ella, el temblor fue una tragedia que cambió la vida de muchas personas y “desgraciadamente” presenció como sus compañeros cerraban sus negocios por la falta de vendimia.
El abandono de San Alejandro hizo que la delincuencia aumentara y las calles también están en mal estado. Aunque el presidente dijo que este mes concluirán los trabajos, no cree que sea posible, ya que aún falta mucho por hacer, no se ven ventanas, puertas, ni baños.
Si han aumentado los trabajos, se ve más gente, más movimiento, pero de plano no creo que terminen en septiembre, a menos de que lo hagan y nos regalen un milagro a todos nosotros que sobrevivimos y que tuvimos que ver como este gran hospital se fue apagando.
Elvia Álvarez lleva 24 años vendiendo carnitas al frente de lo que solía ser el hospital más importante de Puebla, y por los años que llevaba en este punto, los vecinos la siguieron visitando tras el cierre. Sin embargo, fue muy doloroso ver como la gente dejó de llegar y como sus vecinos comerciantes fueron cerrando sus locales.
Ese día lo recuerda como una pesadilla, en donde todos los vendedores se unieron para ayudar al personal médico, regalar un taco o solo u vaso de agua. Al igual que Maritza, no cree que esté listo este mes, pero si ocurre, espera algún día volver a ver la dinámica social que se generaba y que los negocios que cerraron puedan abrir sus puertas.
Por su parte, Mario Ortiz, dueño de la panadería Chri-Sand, recordó que su negocio sirvió para que el personal médico conectara sus aparatos, incluyendo incubadoras, dieron permiso para que se colocaran cajas y ayudaron en todo lo que pudieron. Hoy, solo espera que pronto reabra sus puertas, pues no sólo los ayudará económicamente, sino que los poblanos tendrán una opción para cuidarse y mejorar su calidad de vida.
Esperemos que con la reconstrucción todo vuelva a florecer. Honestamente no creo que quede este mes, posiblemente la obra negra, pero todo lo demás, el acondicionamiento, el próximo año, pero ya se ve un avance muy importante.
“No era sólo un edificio, sino la oportunidad de seguir con vida”: derechohabientes
De igual modo, este medio acudió a La Margarita, en donde se confirmó que la situación de hacinamiento continúa y que la saturación de derechohabientes ha afectado el servicio. Por ejemplo, Elías Guzmán, comentó que a varias mujeres embarazadas les pidieron que se movilizaran, ya que no tenían suficientes cuneros para sus próximos bebés.
Él estaba dentro de “los posibles” en cambiarse de unidad para tener a su hijo, pero le dijeron que en próximas horas les confirmarían. Desde su óptica, esta falta de cuneros viene a raíz de San Alejandro, pues era bien conocido que en este último se “aliviaban” la mayoría de las mujeres y que los otros sólo eran para los que vivían cerca del hospital regional.
Más testimonios, quienes no quisieron dar su nombre por medio a represalias, compartieron que los médicos cada vez son más groseros y esto se debe a que no tienen descansos y atienden a muchas personas durante el día. En ocasiones, las medicinas gratuitas no alcanzan debido a que ya son más enfermos y tienen que esperar horas para ser atendidos pese a que en la aplicación de “Tu IMSS” ya puedes agendar la cita.
No era sólo un edificio, sino la oportunidad de seguir con vida, en ese hospital sabías que, si entrabas, salías con esperanza de vida y aquí es muy complicado que te atiendan y si lo hacen es con malos tratos. Se tardan mucho en checarte y si ya estuviera listo el de San Alejandro, habría menos gente y nos atenderían de mejor maneraopinó una de las mujeres.
Una madre aceptó que tuvo miedo de traer a su infancia, ya que recordó que, en el 2022, un bebé fue enviado a la cámara mortuoria del Hospital, donde permaneció por seis horas hasta que el personal de los servicios funerarios se percató de que aún presentaba signos vitales.
Y no es el único temor, algunos entrevistados leyeron o escucharon que a los internos le daban pan con hongos y tienen casos de conocidos que han empeorado o muerto por atención tardía y negligencia, pero no denuncian por falta de dinero o porque desconocen el procedimiento para que se haga justicia.
Con información: El Sol de Puebla
You must be logged in to post a comment Login