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La Universidad institución de alcance universal que forma profesionales para resolver y tomar decisiones sociales
* En Educación Superior hay 2 millones 147 mil 075 estudiantes, 2.09% del total nacional, esto es, 2 mil 150 alumnos por cada 100 mil habitantes, cuando lo mínimo que debería estarse atendiendo es 6 mil 450 estudiantes
** Es un error eliminar el carácter popular de la educación, evitando visualizarla como la vía de justicia social que se sustenta en el procedimiento de eximir cuotas y requisitos a quienes proceden de niveles socioeconómicos bajos, y apostarle a una Educación por selección a la que sólo unos cuantos lograran acceder.
Por: Edgar Gómez Bonilla
En el escenario de las universidades públicas ya es tradición encontrarse cada año con los innumerables casos de los que erróneamente se denominan como «rechazados», la sociedad piensa que son excluidos porque no aprobaron el examen, producto de lo que las autoridades educativas y los medios de comunicación se encargan de difundir cuando la realidad es otra. El fenómeno es extremadamente complejo, al encontrar que los aspirantes son rechazados no por reprobar el examen, sino por la falta de cupo para ingresar a alguna carrera.
El ciclo escolar 2012-2013 esta por fenecer y a la par nos encontramos con el inmenso número de egresados de bachilleratos que en estos momentos están preocupados por ver cómo consiguen ingresar a la universidad pública. La realidad indica que para el caso poblano de cada cinco estudiantes que lleguen y paguen su ficha de admisión solamente uno tendrá verdaderas posibilidades de acceder a los estudios de educación superior, por lo tanto los otros cuatro estarán probablemente condenados a ingresar en alguna institución de dudosa calidad o bien incorporarse si es que tienen la bendita suerte de formar parte del ejército de explotados en alguna empresa, fábrica o industria.
La Universidad es una institución de alcance universal, que ha evolucionado según las necesidades sociales en un escenario determinado. Hacia el Siglo XIX, la universidad adquiere sus características actuales, presentando dos posibilidades formativas para los estudiantes, por un lado, está la Universidad Francesa cuya concepción napoleónica escolarizada, permitió formar a quienes habrían de ocupar los cargos civiles o religiosos, definiéndose como el espacio donde se produciría el conocimiento a ser transmitido. El otro modelo fue propuesto por la Universidad Alemana, donde el maestro y el alumno existían sólo para la Ciencia; la presencia y la cooperación fue parte integrante de la investigación, para ello se preparaban los profesionistas y técnicos que requería el desarrollo de la sociedad. En la delimitación de los esquemas formativos universitarios se apostó a la capacitación para el trabajo y a la construcción del conocimiento a partir de la investigación.
Para el caso mexicano, es hasta 1910 cuando con Justo Sierra se inaugura la Universidad de México (hoy UNAM). La institución incorporó los dos modelos de Universidad: lo escolarizado de Francia, y la organización de la investigación de Alemania. Dándose así la apertura para que las Universidades del país se incorporaran en ésta alternativa educativa.
De esta manera las universidades públicas en México han retomado dicha herencia, cubriendo a la fecha una serie de funciones sociales como: la apertura y respuesta a la sociedad; la delimitación de la ciencia y las culturas universales, y enseñar a conocer nuestra propia realidad para estudiar y difundir nuestra cultura. Sin embargo, se observan complejos problemas en su mismo accionar como el error de eliminar el carácter popular de la Educación, evitando visualizarla como una vía de justicia social que se sustente en el procedimiento de eximir cuotas, requisitos y rigor a quienes proceden de niveles socioeconómicos bajos, y apostarle a una Educación por selección a la que sólo unos cuantos lograran acceder.
Los mexicanos sufrimos un estancamiento producto del crecimiento poblacional que inició en 1970 (en ese momento había más de 50 millones de habitantes) y los servicios que no crecieron en proporción con la tasa poblacional, de ahí el por qué la falta de opciones para acceder a la universidad. Situación que debe preocuparnos porque de acuerdo a los principios de la UNESCO para alcanzar un Desarrollo Sostenible y competir en la Globalización es necesario que por lo menos el 60% de la población entre 18 y 21 años debe estar realizando estudios superiores.
El diagnóstico que reporta la SEP Federal sobre la situación de la educación superior indicó que habían 2 millones 147 mil 075 estudiantes, 2.09 por ciento del total nacional, esto es, 2 mil 150 alumnos por cada 100 mil habitantes, cuando lo mínimo que debería estarse atendiendo es de 6 mil 450 estudiantes. Para que México alcance la media de la Cobertura de Educación Superior similar a la de los países en crecimiento de América Latina (Chile, Argentina, Venezuela) necesita de una infraestructura “dos veces mayor” a la construida en los últimos 10 años, para así retornar al rol de la Universidad como una institución de alcance universal que le apuesta a la generación de conocimiento y a la formación de individuos que a través de su vida profesional y laboral resuelvan y tomen decisiones para alcanzar el Desarrollo Sustentable de nuestro país con acentuación hacia el Bienestar Social.
De lo contrario podrían presentarse panoramas como los de Puebla donde resulta que la posibilidad de hacer una carrera es más fácil si se opta por la educación particular, estamos por llegar a las 250 instituciones de educación superior y si en papel se nota un importante avance, en el terreno de la realidad se observa todo lo contrario.
Tanto las autoridades educativas como los mismos empresarios han impuesto intereses determinados sobre lo que realmente implica la tarea de formar a un futuro profesional de un área específica. Autoridades y funcionarios educativos de Puebla no han hecho nada por corregir tal situación sigue imperando una práctica de improvisación y simulación aparentando que todo esta bien, nada más basta recorrer el centro Histórico de la ciudad para encontrarnos que esquina por esquina van apareciendo un sinnúmero de instituciones que ofertan educación particular comprendiendo desde el nivel de preescolar hasta licenciatura, aunque por su magnitud las que llaman la atención son las que se denominan como universidades, ya que en ellas es donde impera el mayor porcentaje de simulación, de entrada sin pensar en sus programas académicos y la planta docente que tienen contratada, un primer mecanismo de evaluación representa la infraestructura, adaptación de casas en el mejor de los casos, o pequeños departamentos siendo ya muy drásticos, este es el panorama de servicio de calidad que se ofrece a los estudiantes que requieren realizar estudios de licenciatura.
Sin embargo, ahí no acaba el problema la queja mayúscula de la población mexicana es que por lo menos desde hace cinco años la generación de empleos se cayó, siendo más castigados los egresados de las universidades.
También hay que pensar en el poco acierto sobre las políticas de planeación de las autoridades educativas que encabezan la Educación Superior, permitiendo que se aperturen arbitrariamente carreras que en automático se encuentran saturadas. A ello hay que agregar la mirada mercantilista de los que invierten en las universidades y que después se denominan como directores o rectores quienes sabedores del problema que se avecinan insisten en seguir ofertando las carreras que más llenan y que por tanto les asegurará un mayor nivel de ingresos como es: Derecho, Contaduría, Administración, Psicología, Arquitectura, Diseño Gráfico y Comunicación, total ya será problema del estudiante ver como resuelve su situación laboral una vez que egrese de la universidad, importando poco si se formó bien o no, o que sí está preparado para el mundo de las competencias profesionales y laborales que de entrada le exigen que domine las habilidades de aprender a aprender, aprender a resolver y aprender a tomar decisiones.
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