Las olimpiadas los jóvenes y el proceso de formación política

By on agosto 6, 2024

Las olimpiadas de París 2024 han sido un evento icónico y global, el cual ha servido, entre otras muchas cosas, para recordarnos la importancia de la formación integral en el desarrollo humano. Todavía recuerdo que siendo jóvenes soñábamos con participar en alguna olimpiada, mi infancia tardía y toda mi juventud la viví muy cerca de la unidad Deportiva Adolfo López Mateos, por la avenida Colón al sur de la ciudad, ahí jugamos de todo y destacamos de nada, entre otros deportes, frontón, frontenis, futbol, beisbol, basquetbol, voleibol y atletismo, natación no porque era muy caro ingresar a la alberca, pero todo lo demás era gratuito pagando el boleto general. Ahí vivimos una especie de polideportivo, en vacaciones, como sucede ahora, se jugaban los deportes de moda, por la mañana y por la tarde no había límites en el juego, hasta que una mamá gritaba “fulanito, ya es tarde ya métete a la casa”.
Hoy las cosas han cambiado mucho, por un lado, París ha mostrado que vivimos en una sociedad diversa y compleja, y por otro lado, tenemos que el deporte actual es para atletas de alto rendimiento que requieren tiempo completo en su disciplina, el deporte de aficionados ha quedado muy atrás en las vitrinas del recuerdo.
El deporte olímpico es para los jóvenes que van gestando una forma particular de construir su vida y su futuro, hasta dónde alcanzará, hasta dónde llegará la pasión por entrenar y por convertirse en un atleta destacado. Nadie lo sabe.
Con relación a nuestra realidad concreta, la que vivimos todos los días, con sueños y con pesadillas, las olimpiadas de cada cuatro años, nos sirven para tres grandes cosas:

1. Para conocer un poco más de cómo son las prácticas educativas en educación física y cuál es nuestra formación física que nos permita responder favorablemente a los desafíos de un mundo cada vez más demandante y también cada vez más sedentario.
2. El segundo punto, tiene que ver con el interés de los jóvenes por la actividad deportiva como una forma de desarrollo personal. La hipótesis que manejo en este punto es que, dicha práctica social se ha decrementado significativamente.
3. Y el último punto viene siendo el fomento deportivo y la relación con la formación política en los mismos jóvenes.

Considero que, en varios de los puntos arriba anotados, nuestra situación actual es que estamos deficitarios, nuestras prácticas educativas para la enseñanza del deporte y de la actividad física termina por escindir el desarrollo. Como si el intelecto corriera por un carril y, por otro muy distante, corriera el fomento deportivo. Lo primero que tendríamos que reconocer es el principio de desarrollo integral y que fusione tal como está en la realidad lo físico motor, con lo afectivo social y con lo cognitivo intelectual. En ello la relación entre jóvenes con sus pares tanto dentro como fuera de los espacios escolares es fundamental.
La celebración de la olimpiada como evento planetario que integra todas las disciplinas deportivas debiera servir de ejemplo y de buen ejemplo para nuestros niños, niñas y jóvenes. El jugar y el hacer deporte y divertirse es otra ventana para dar lugar a una vida sana física y, sobre todo, mental. Ojalá y las escuelas aprendan esta lección para mejorar nuestras prácticas educativas en este campo específico del desarrollo humano.

Con información: Revista Educarnos

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