Reflexiones sobre el deporte adaptado, su historia y el desafío de la inclusión

By on agosto 26, 2024
  • En esta edición, que arranca el 28 de agosto, México tendrá una participación importante con 67 atletas: 37 mujeres y 30 hombres

Luego de los Juegos Olímpicos de París 2024, todo queda listo para que los atletas de deporte adaptado del mundo tomen las instalaciones de la Ciudad Luz y se lleve a cabo la edición XVII de los Juegos Paralímpicos, a realizarse del 28 de agosto al 8 de septiembre.

Como es una costumbre desde 1972, México tendrá una participación importante con 67 atletas: 37 mujeres, 30 hombres, que compiten en 11 deportes: atletismo, natación, remo, taekwondo, powerlifting, tenis de mesa, tiro con arco, ecuestre, ciclismo, boccia y triatlón.

En estos juegos competirán más de 4,400 atletas provenientes de 185 países, lo que representa un aumento en la participación en comparación con los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, donde disputaron atletas de 162 naciones. El programa de competición incluirá 549 eventos en 22 disciplinas deportivas que se llevarán a cabo en 18 sedes diferentes; entre las más destacadas se encuentran el Estadio Roland Garros, que acogerá el tenis en silla de ruedas, y el Palacio de Versalles, que será la sede de la paraecuestre.

El número de categorías y eventos también es notable. Se espera que haya un récord de 235 eventos para mujeres, lo que refleja un esfuerzo por aumentar la participación femenina en los Juegos Paralímpicos.

Alejandrina Zamora, profesora y entrenadora en jefe de las selecciones de deporte adaptado de la Dirección General del Deporte Universitario, presentó en días pasados la ponencia Juegos Paralímpicos: terminología referida al deporte de personas con discapacidad, como parte de un ciclo de conferencias organizado por el Centro de Enseñanza para Extranjeros. Relató que gracias a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) el movimiento paralímpico vio nacer sus primera luces. El deporte adaptado se visibilizó para el mundo debido a este conflicto bélico.

En entrevista, Alejandrina Zamora, quien tiene una discapacidad motriz (luxación de cadera congénita), recordó que así como en los Juegos Olímpicos hay un barón Pierre de Coubertin, en los Paralímpicos también hay un “padre” que inició todo este movimiento y que visibilizó a esta parte de la sociedad afectada, tanto física como psicológicamente en la guerra.

“El médico judío-alemán Ludwig Guttmann escapó de la Alemania nazi y se instaló en el Reino Unido. En 1944 fue designado para dirigir el Centro Nacional de Lesionados Medulares en el Hospital de Stoke Mandeville, donde comenzó a utilizar el deporte como parte de la rehabilitación de los soldados que habían sufrido lesiones en la médula espinal”.

Agregó que en 1948 Guttmann organizó los primeros Juegos de Stoke Mandeville, evento deportivo para veteranos de guerra discapacitados, que coincidió con los Juegos Olímpicos de Londres. Este evento, dijo, contó con 16 participantes en una competición de tiro con arco; se considera el precursor de los Juegos Paralímpicos.

Con el tiempo, los Juegos de Stoke Mandeville crecieron en tamaño y prestigio, evolucionando hacia los Juegos Paralímpicos, que hoy reúnen a miles de atletas con discapacidades de todo el mundo.

La profesora afirmó que Guttmann se dio cuenta de la oportunidad e inició un proceso de rehabilitación con una gran visión, dado que ya existían los Juegos Olímpicos. “Empezó a introducir el deporte a las personas con discapacidad, abordándolo desde múltiples matices, incluyendo el político, para resarcir a las personas que habían combatido en la guerra y cómo sanar una sociedad dañada, no sólo físicamente, sino también emocionalmente”.

En 1960 Ludwig Guttmann y la directora del Centro de la Columna Vertebral de Roma, Antonia Maglio, iniciaron los preparativos. Se llamarían los IX Juegos Internacionales Anuales de Stoke Mandeville; sin embargo, con el tiempo se identifica la justa en Italia como los primeros Juegos Paralímpicos y en tener un carácter internacional, con la participación de 400 atletas de 23 países.

A partir de entonces, éstos son cada cuatro años, pero fue hasta los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 que sin falla el evento se realiza a la par de los Olímpicos, es decir en la misma sede.

Y es que la palabra “paralímpico” tiene ese sentido, comentó la especialista: “Deriva de la preposición griega ‘para’ (al lado) y olímpico. Su significado es que son los juegos paralelos a los Olímpicos”.

Rechazos

A Ciudad de México le correspondían los III Juegos Paralímpicos en 1968. La entrenadora de la UNAM, precisó que el gobierno rechazó acoger esta competencia, y es que nuestro país objetó la organización debido a preocupaciones logísticas y financieras.

Afirmó que “el gobierno mexicano consideró que no estaba en condiciones de proporcionar el apoyo necesario para dos eventos internacionales tan grandes de manera consecutiva. Los Olímpicos y los Paralímpicos se realizarían en fechas muy cercanas, lo que suponía un desafío significativo en términos de infraestructura y recursos. Como resultado, los Juegos Paralímpicos de 1968 se trasladaron a Tel Aviv, Israel”.

Alejandrina Zamora relató que México hizo su debut en los Juegos Paralímpicos de Heidelberg 1972. Llevó siete atletas, y a partir de éstos ha participado en todas las ediciones. Sus primeras medallas fueron alcanzadas cuatro años más tarde, en Toronto 1976, con las deportistas Martha Sandoval y Josefina Cornejo, ambas con presea de bronce.

Hasta los Juegos de Tokio 2021, México ha ganado un total de 311 medallas, de las cuales 104 son de oro, 92 de plata y 115 de bronce, teniendo su mejor actuación en Juegos Paralímpicos de Arnhem 1980, donde terminó en el noveno puesto del medallero general.

Zamora reflexionó acerca de los inicios del movimiento paralímpico en México, reconoció que la situación en Europa y en nuestro país era radicalmente distinta.

“Las diferencias eran varias, mientras que en Europa el movimiento paralímpico se había desarrollado en respuesta a la guerra, en México, a pesar de haber tenido una epidemia de polio en los años 50 y 60 que afectó a muchos, los lesionados por poliomielitis no eran considerados de la misma manera por el Comité Paralímpico Internacional. Posteriormente fueron aceptados al igual que otras enfermedades”.

Este episodio de la historia de salud pública en México también influyó en el desarrollo del movimiento paralímpico en el país, ya que muchos de los afectados por la polio se convirtieron en atletas paralímpicos, participando en competiciones y promoviendo la visibilidad y el apoyo para las personas con discapacidades.

En otro orden de ideas, la profesora mencionó movimientos deportivos relacionados con personas con discapacidad, destacando sus diferencias; por ejemplo, el de la comunidad sorda, que participa en sus propios Juegos, anteriormente conocidos como Sordolimpiadas, cuya federación ha cambiado de nombre varias veces desde su inicio en 1924, y que cumple 100 años en agosto de 2024.

También exaltó las Olimpiadas Especiales, fundadas por la familia Kennedy, enfocadas en las personas con discapacidad intelectual. Este movimiento es más social e inclusivo, buscando que todos participen y se sientan integrados, en contraste con los Juegos Paralímpicos, que se centran en la competencia y las marcas.

Hizo énfasis que, a diferencia de las Olimpiadas Especiales, los Juegos Paralímpicos implementan controles antidopaje, lo que puede obligar a los atletas a tomar decisiones difíciles si dependen de medicamentos para su salud. En estas Olimpiadas, indicó, el enfoque es más recreativo y no se imponen estas restricciones, permitiendo que los participantes compitan y disfruten sin las mismas presiones.

Asimismo con respecto a la comparación que se hace en ocasiones entre deportes convencionales y paralímpicos, lo cual, aseguró, “no tiene sentido”, ya que los contextos son muy diferentes.

“Los atletas paralímpicos no sólo enfrentan las adversidades diarias, sino que también deben superar marcas establecidas para competir y ganar medallas, lo cual añade un reto adicional. En los deportes convencionales basta con vencer a los competidores, mientras que en las competencias paralímpicas alcanzar la marca mínima es esencial para recibir una medalla, lo que subraya la importancia y el desafío que representan”.

En este sentido, apuntó que se trata de un movimiento social que busca la integración de las personas con discapacidad en la sociedad. Reconoció que los Juegos Paralímpicos incluyen muchas categorías, lo que permite un mayor número de medallas y premios.

Acerca de la politización del deporte paralímpico en México, la entrenadora dijo que fue beneficioso que los gobiernos se involucraran para apoyar a los deportistas, ya fuera por presión social o por otras razones. Aunque no lo justificó completamente, sostuvo que “es normal que se politice, y de hecho hoy en día es un mandato de la Organización Mundial de la Salud desde los Juegos de Tokio, como un derecho universal de igualdad y equidad”.

Aceptó que, si no fuera por la politización y los movimientos sociales, el deporte paralímpico podría haber quedado relegado. No obstante, comentó que todavía se percibe una fuerte conexión entre el área médica y el deporte paralímpico, aunque termina siendo inevitable para continuar en la búsqueda de la igualdad de condiciones.

“Es crucial que los avances médicos no determinen quién puede participar, sino que haya mayor apertura y especialización. Que sean las oportunidades deportivas las que guíen el movimiento. Lamentablemente, muchos médicos no están preparados para entender y apoyar a los atletas con discapacidad, a menos que se especialicen en medicina deportiva”.

La entrenadora destacó que, aunque ha habido avances en la rehabilitación de personas con discapacidad, aún no se considera como una estrategia nacional. Añadió que invertir en el deporte para estas personas, aunque no todos lleguen a los Juegos Paralímpicos, optimizaría su calidad de vida y representaría una inversión valiosa para el país.

La lucha por el reconocimiento de las personas con discapacidad se ha ganado demostrando que pueden alcanzar sus metas. Cuando se dice que “ganamos más medallas que los deportistas convencionales”, es resultado del trabajo en equipo y la unión entre los atletas. Aunque hoy las becas se otorgan en igualdad de condiciones, aún son pocas las personas que se benefician de ellas.

De esta forma, los Juegos Paralímpicos de París 2024 representan una oportunidad crucial para reflexionar sobre la evolución del deporte adaptado, su historia, y los retos de inclusión en países como México.

Información: UNAM

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