Acuíferos de Puebla en alerta por sobreexplotación ante la creciente industria

By on marzo 25, 2024

En el estado de Puebla existen seis acuíferos, de los cuales dos tienen veda por sobreexplotación: Tecamachalco y Libres-Oriental. Sin embargo, un reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alerta que el valle de Puebla cuenta con un volumen de extracción de 278 millones 800 mil metros cúbicos, con un total de 1 mil 358 concesiones registradas, que advierte el aceleramiento del uso del recurso hídrico por la urbanización salvaje y el asentamiento de parques industriales.

En 2016 el acuífero en mención tenía alrededor de 44 millones de metros cúbicos de agua disponible, y para 2023 bajó a 18.08 millones de metros cúbicos, debido al crecimiento urbano que demanda mayor suministro del recurso.

Además, se extraen 107 millones de metros cúbicos de agua, más de los autorizados, por lo que es un acuífero deficitario.

“El acuífero de Puebla va a estar más castigado que el de Libres–Oriental, por los proyectos extractivos que ya se ven para abastecer a la ciudad de Puebla; siguen abriendo pozos, como en Xoxtla, y habría que ver por qué en el Periférico Sur están haciendo un acuaférico, con una tubería de 50 centímetros de diámetro. ¿A dónde va esa agua? y ¿de dónde viene?”, cuestionó el director del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), Aurelio Fernández Fuentes.

Expuso que se hizo un acuífero similar para abastecer a Aguas de Puebla, y ahora se está prolongando en el sentido de la zona de La Calera, donde se autorizó la construcción de casas en 200 hectáreas de bosque.

El investigador calculó que los habitantes de la zona metropolitana son los destinatarios de casi la mitad del agua extraída de la parte poblana del acuífero Valle de Puebla, que también incluye la parte del estado de Tlaxcala.

Ante tal panorama, Fernández Fuentes alertó que el acuífero del valle de Puebla está en riesgo “porque siguen urbanizando, instalando industria, y es la zona muy amenazada por la erupción del volcán Popocatépetl; esta combinación de factores establece una condición desastrosa”.

La distribución del líquido en la capital del estado y algunos municipios aledaños a los que surte la empresa Concesiones Integrales  o Aguas de Puebla –que privatizó en el sexenio de Rafael Moreno Valle el servicio del suministro del agua y los servicios de drenaje y saneamiento– corresponde a 43.63 por ciento del volumen anual concesionado por la Conagua.

Los seis acuíferos con los que cuenta el estado son: Libres–Oriental, Tecamachalco, Atlixco–Izúcar de Matamoros, valle de Puebla, valle de Tehuacán e Ixcaquixtla. Este último con un menor problema de sobreexplotación.

La extracción de piedra volcánica, factor que impide la recarga de agua

A propósito del Día Mundial del Agua, conmemorado el 22 de marzo, Aurelio Fernández expuso que el Comité de Rescate del Manantial de Santa María Acuexcomac encabezó el pasado 19 de marzo la colocación de una placa en la que declararon formalmente extinto ese cuerpo de agua, debido a la extracción de 600 litros por segundo en siete pozos operados por el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla (SOAPAP) durante casi 30 años.

“Los que conocimos ese manantial en su apogeo, lo recordamos lleno de carpas de tamaño enorme, que era el orgullo de los habitantes de aquel paraje localizado en el camino entre Cholula y Paso de Cortés”, recordó.

Dijo que esta escasez de agua se está viendo en Acuexcoman, también ocurre en Nealtican y otros fenómenos que no favorecen a la recarga de los acuíferos, con la extracción de piedra volcán en San Nicolás de los Ranchos que ahora se ocupa como material de construcción.

“La piedra volcánica era el filtro natural que permitía ser el gran reservorio de recarga, en la zona del Popocatépetl, y se está reduciendo aceleradamente porque el agua ya no se capta, se escurre superficialmente”, afirmó.

Incluso, mencionó que esta situación es origen del hundimiento de una fracción del terreno en la comunidad de Santa María Zacatepec, municipio de Juan C. Bonilla, conocido popularmente como el socavón, y que hasta una cumbia ha inspirado, está relacionado con la extracción de agua del acuífero de Puebla.

A casi tres años de la aparición de la oquedad, en mayo de 2021, la Conagua, ni el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), ni el Instituto Politécnico Nacional (IPN) mostraron explicaciones satisfactorias de este fenómeno.

Conagua, sin ninguna política de recarga de acuíferos

En entrevista con La Jornada Oriente, el director del Cupreder señaló que la Comisión Nacional del Agua informa únicamente de las obras realizadas por esta dependencia desde hace unos 15 años, y en ningún caso dan cuenta de obras de recarga subterránea.

Dijo que la “Conagua no tiene ninguna política de recarga de acuíferos, solo extrae, extrae, extrae y, por otro lado, es opaco cómo se están dando los títulos de concesión, porque hay un negocio turbio que no ha resuelto ni la Cuarta Transformación”.

“Conagua tiene que cambiar, se tiene que aprobar la Ley Nacional de Aguas, tiene que haber más participación ciudadana en la materia, porque francamente estamos ante una crisis ya existente y que se agudizará en los próximos años”, sentenció.

Aurelio Fernández sostuvo que hay ausencia de una verdadera regulación en la entrega de concesiones y la desmedida extracción del agua, así como la inexistencia de políticas públicas y, por tanto, obras de captación de agua pluvial e infiltración.

Por lo tanto, señaló que “la única política de Conagua frente a los acuíferos es la extracción indiscriminada, que es absolutamente errónea”.

Señaló que mientras la utilización del servicio por las grandes empresas, de todo tipo, es escandalosa, a las colonias populares les puede llegar el reparto una vez por semana, si les va bien, pero hay casos dramáticos, como el de Tecamachalco, donde se surte a las casas una vez al mes o menos, con cuatro horas de dotación.

Acuífero de Tecamachalco, el más explotado en el centro y sur del país

Dentro de los acuíferos del estado, el investigador José Vicente Nolasco Valencia, también del Cupreder, dijo que el más sobreexplotado es el del valle de Tecamachalco (2101).

Informó que en 2016 pasó de 49.10 millones de metros cúbicos anuales de extracción a 60.65 de déficit.

Explicó que para determinar esta cifra se hace un balance hidrológico en la recarga, que son las lluvias, y se le descuentan los volúmenes que se ocupan de agua, como los cultivos agrícolas. Lo que queda es la disponibilidad o no del reservorio.

En este caso, Vicente Nolasco precisó que la diferencia entre lo que ingresa de agua y lo que sale es de 60 millones de metros cúbicos anuales. Es decir, explicó, “se está consumiendo más de lo que se capta”.

El académico señaló que 80 por ciento del acuífero del valle de Tecamachalco es para el sistema agrícola.

Añadió que el segundo acuífero más sobreexplotado en el estado es el de Libres–Oriental (2102).

“En 2016, cuando se instala la planta armadora de Audi ya presentaba un déficit de 0.35 millones de metros cúbicos anuales; pero en este último balance de 2023, el mismo acuífero registró -22 millones de metros cúbicos, en casi una década”, declaró.

Afirmó que esta sobreexplotación se debe a que en la región de Libres–Oriental se encuentra asentado un parque industrial con la presencia de Audi, Mercedes Benz, Coca Cola y Granjas Carroll, por mencionar algunas, aunado a la producción agrícola industrializada y la reciente construcción del complejo de 14 fábricas militares en “La Célula”.

La Comisión Nacional del Agua reveló que hasta agosto de 2021 en el país había 650 acuíferos, de los cuales 157 presentan sobreexplotación.

El organismo nacional también reportó que el acuífero de Tecamachalco es el más sobreexplotado del Centro Sur del país, al registrar un déficit de menos 63 millones 231 mil hectómetros cúbicos al año, con amplia posibilidad de ser el primero en extinguirse en la entidad.

Aunado a ello, precisó que en la región más de 20 mil 400 hectáreas de cultivo son regadas con agua que proviene de pozos agrícolas.

Día cero: en 2030 y 2050 los acuíferos de Tecamachalco y Tehuacán se quedarán sin agua

El Día cero de los acuíferos del valle de Tecamachalco y Tehuacán llegará el año 2030 y 2050, respectivamente, fecha fatal en la que no habrá agua suficiente que satisfaga la demanda de abastecimiento, como resultado de la sobreexplotación que existe del líquido para uso industrial en la entidad.

En el estudio “Disponibilidad y demanda de agua en el acuífero valle de Tecamachalco 2020–2070”, el profesor investigador Luis Alberto Villarreal Manzo, del Área de Ingeniería de Recursos Hidráulicos por el Colegio de Postgraduados (Colpos), alertó que faltaría un lustro para que presente problemas en el suministro que requiere la población y las actividades económicas de la región.

Para el año 2036, dijo que la disponibilidad de agua en Tecamachalco será igual que la demanda, por lo que a partir de ese año se estaría registrando un déficit en el acuífero que llegaría en 2050 por el orden de menos 6.5 por ciento.

El especialista en hidrociencia expuso que en la misma situación se presenta en el acuífero de Tehuacán, con un patrón de cultivo importante de hortalizas similar al de Tecamachalco, que surte de alimentos a la Central de Abasto de la Ciudad de México y de Puebla.

Reveló que la reserva de agua subterránea en el centro del país se está minando a un ritmo de casi 6 kilómetros cúbicos por año, que se suma a la ineficiencia del uso del recurso, principalmente en el sector agrícola y pecuario, donde se pierde cerca de 60 por ciento durante la conducción.

En el caso de Puebla y la zona metropolitana, afirmó que la sobreexplotación del agua podría agotar una parte importante de los seis acuíferos de la entidad, ante la creciente demanda industrial.

En la actualidad, informó los más de 2 millones de habitantes de la capital poblana y área conurbada subsanan sus necesidades de agua para uso doméstico, a través de suministros emergentes como el Sistema San Baltasar o Sistema Nealtican, que a manera de acuaféricos suministra el líquido a la población, debido a la sobreexplotación que existen en el valle de Puebla.

Señaló que en Puebla “hay significativas diferencias” entre los volúmenes concesionados de aguas subterráneas que da cuenta el Registro Público de Derechos de Agua y los estudios que reporta la Comisión Nacional del Agua, entre los años 2015 y 2021.

Ubicación en el “Cinturón de fuego” afecta a Puebla en la evaporización del agua

En el centro de México vivimos una crisis hídrica debido a que atravesamos un periodo de estiaje en zonas que anteriormente eran prolíferas y productivas.

“Estamos en ‘números rojos’ en el sistema Cutzamala, disminiyendo su nivel de agua y podría trasladarse el líquido de otros estados para cubrir la demanda en la Ciudad de México”, advirtió el doctor Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor investigador del Decanato de Ciencias Biológicas, en la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En entrevista, informó que el cambio climático a nivel mundial y las alteraciones en las temperaturas que afectan la disponibilidad de agua afectan el norte de México, donde experimentan situaciones extremas, no obstante, dijo que esta amenaza está llegando al centro del país.

Entre las posibles consecuencias, advirtió la reducción en el suministro de agua para actividades cotidianas y la posibilidad de enfrentar situaciones críticas, incluso llegar al Día cero, donde la falta de agua sería inevitable en algunas lugares.

En el caso de Puebla, Sánchez Ruiz resaltó la importancia de considerar factores geográficos como su ubicación en el “cinturón de fuego” del Pacífico, que influye y afecta en las temperaturas y la evaporación del agua.

Puebla se encuentra en la intersección de la Placa de Cocos y la Placa Norteamericana, una de las zonas con mayor actividad sísmica y volcánica del mundo, debido a que están en un eje de volcanes activos e inactivos, como el Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Malintzi, Citlaltépetl y Tliltépetl.

Si bien, en gran medida la disminución en las recargas de agua dulce en los últimos meses es causado por el cambio climático, afirmó que las temperaturas están afectando la disponibilidad, especialmente en zonas donde históricamente no se experimentaba sequía.

Por lo tanto, dijo que el aumento térmico agudiza la recuperación del acuífero, debido a que el calor agiliza la evaporación del agua superficial, lo cual evita que los mantos se recarguen.

Pozos artesanos generan un “efecto popote” que secan los mantos freáticos

De 2009 a la fecha, el académico de la UPAEP expuso que los mantos freáticos en Puebla ya no se recargan al 100 por ciento, debido al llamado “efecto popote”.

Comentó que el denominado “efecto popote” significa que muchos de los particulares comenzaron a realizar pozos artesanales en sus predios sin ninguna regulación, lo que a la larga disminuye la cantidad del agua y evita la recarga de los mantos freáticos.

Esta problemática ya se presentó en la región de las Cholulas y en Juan C Bonilla con el acaparamiento del agua para uso industrial, como sucedió con el Parque Ciudad Textil Huejotzingo y Bonafont, sumado a que la mayoría de las familias cuentan por tradición con pozos artesanales.

“Hemos visto que hay infiltraciones, que muchos de los mantos freáticos se secaron, y que el agua se empieza a filtrar de una capa de tierra a otra hasta llegar a los más profundo”, explicó.

Lo anterior, refirió que para encontrar agua se tendría que cavar a mayor profundidad.

Dijo que esta situación da como resultado que en dos años se esté secando el 60 por ciento de los mantos freáticos de una determinada zona de la entidad.

Por esta razón, el investigador Francisco Javier Sánchez Ruiz hizo un llamado a la conciencia ciudadana, instando a la población a tomar medidas de conservación del agua, como la reutilización y captación de agua de lluvia, así como a reportar y atender fugas de manera oportuna.

También señaló la importancia de la educación ambiental y la necesidad de actuar para mitigar los efectos del cambio climático.

Concluyó que la sequía en Puebla y en el resto del país representa un desafío significativo que requiere la colaboración de la sociedad, las autoridades y los expertos para garantizar un uso responsable del agua y buscar soluciones sostenibles a largo plazo.

Con información: La Jornada de Oriente

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