Del Sepulcro al altar…

By on febrero 13, 2022
REFLEXIONES
Por: Miguel Ángel García Muñoz
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx
“Rejuvenecida”, olvidando sus propias palabras y la de sus médicos declarándola sumamente enferma y en peligro de morir cuando estaba presa, la Maestra chiapaneca bailó al ritmo de Barry White en su boda del 11 de febrero reciente.
“Todas las enfermedades se posesionaron de su cuerpo” en su etapa de desgracia política, por eso fue trasladada al hospital de Tepepan, cuyo costo era de 50 mil pesos diarios, evitando convivir con las internas y tocar los barrotes fríos del penal ubicado en la delegación Xochimilco. No le fue tan difícil soportar, a pesar del desprestigio y de estar alejada del boato, al que regresó en 2018, curándose milagrosamente, trocando el sepulcro en altar, no sin antes escuchar el sermón civil que la ata, no sé por cuanto tiempo, a su tercer esposo, que, se asegura, ya lo es desde 2016; es decir, se habrían casado en su confinamiento.
Su estrategia le funcionó, pero no engañó a todos los que saben que la impartición de justicia en México da pena.
En el ocaso de su existencia, Elba Esther Gordillo Morales, se le ve radiante; ahora sí, está segura de haber encontrado el amor para siempre al lado de Luis Antonio Lagunas Gutiérrez, el Abogado que la sacó de la cárcel de mujeres de Tepepan, después de pasar 5 años acusada de lavado de dinero y delincuencia organizada.
La tercera es la vencida, para la Maestra nacida el 6 de febrero de 1945 en Comitán, municipio a 20 minutos de distancia de Las Margaritas, donde en 1994 estalló la guerra del Frente Zapatista de Liberación Nacional, comandado por Marcos o Sebastián Guillén, hermano de Paloma Guillén, Delegada Especial del PRI nacional.
La primera, en 1963, al casarse con el Profesor Arturo Montelongo Martínez.
La segunda, en 1971, uniéndose con Francisco Arriola Urbina.
La tercera, en 2022, con el Abogado Luis Antonio Lagunas, 41 años menor que ella. Él de 36, la Maestra de 77, desatando una serie de especulaciones y los peores augurios, porque desde cualquier ángulo se percibe la construcción de una utopía más cercana al infierno y la ambición, que al amor y la lealtad que representa un hecho de tal naturaleza.
Elba Esther, quizá, nunca imaginó la ruta que seguiría su vida en una profesión que muchos anhelaban en una tierra rica como la chiapaneca, pero llena de pobres y marginación. Su astucia e inteligencia se impusieron en un tiempo en que el patriarcado dominaba con fuerza, llegando a la dirigencia del SNTE, enterrado a Carlos Jonguitud Barrios y convirtiéndose en una de las mujeres más poderosas de México.
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Era evidente la vida de lujos y el control de un sindicato que aporta muchos votos y dinero en campañas políticas. Se hizo indispensable en los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, hasta que cayó de la gracia de Enrique Peña Nieto, ingresando a Tepepan, no sin antes haber amasado una gran fortuna luego de 24 años (1989-2013) liderando al SNTE y creando la CNTE, organización que ahora le reclama su manipulación y, finalmente, el incumplimiento de acuerdos, por eso los destrozos en su boda del viernes pasado en el Jardín Etnobotánico de Oaxaca.
Nunca pasaron desapercibidos sus quereres con Miguel Ángel Yunes Linares, a quien hizo rico imponiéndolo en el ISSSTE y luego haciéndolo Gobernador de Veracruz. Lo mismo se dijo de Rafael Moreno Valle Rosa, con todo y los asegunes en la personalidad del poblano, llegando a la gubernatura por sobre el marinista Javier López Zavala, para quien el 2010 se convirtió en un viacrucis por el abandono de la estructura priista y la operación magisterial de la elección a favor del PAN morenovallista desde el hotel Holiday Inn de la autopista México-Puebla.
La Maestra no sólo recuperó sus cuentas al salir de prisión, sino que también fue premiada con su Partido Redes Sociales Progresistas, porque así lo quiso el poder en turno. No le importa haber extraviado el registro, a sabiendas que las prerrogativas engordaron su fortuna, la de su yerno Fernando González Sánchez y la del flamante cónyuge que fue candidato a Diputado federal, perdiendo grotescamente, de la misma forma cuando lo postuló hace cuatro años el Partido Encuentro Social (PES).
Los milagros existen: La Maestra que tenía un pie en el sepulcro, alcanzó a poner los dos en el altar, entregada por su nieto Othón Francisco de León Arriola, hijo de Mónica Arriola Gordillo fallecida por cáncer en 2016, para dar el sí a Luis Antonio Lagunas, besándolo embelesada, para luego danzar como una quinceañera que acaba de ingresar al mundo hecha mujer.

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