Cartas a Gracia: Dios nos agarre confesados

By on marzo 3, 2014

Cartas a Gracia

Gustavo Santín Nieto
por : Gustavo Santin Nieto

Manolito, el del Instituto Poblano del Deporte, la tiene fácil, Gracia, requiere sólo de saliva, de concertación y de inducción para realizar algunas de sus tareas, dar la impresión de que desquita su salario y más ahora, cuando en la ciudad capital, nombran a otro ex–deportista, al que dicho sea de paso, le sería fácil saltar a la trinchera de enfrente. Pero me pregunto y creo que coincidirías conmigo, a pesar de vivir en la ciudad de los palacios, que quienes radicamos en la entidad de Zaragoza, primero y sin pecar de chauvi Gracia para luego recorrer, a lo largo y a lo ancho, ¿nuestro? territorio nacional. Y que mejor pretexto para ello, que participar, como competidores y/o acompañantes, en carreras, caminatas, maratones, triatlones, acampadas, convivencias, deportes extremos, carreras ciclistas. La entidad cuenta con 217 municipios, siete pueblos mágicos, tres volcanes, un lago de agua salada, que “dicen” los que saben, se conecta al mar, con sitios arqueológicos, ríos y cascadas, una presa de gran envergadura, reservas de la biosfera, haciendas, templos religiosos que, incluso de manera invasiva, se erigieron sobre pirámides. Tendríamos para dar y prestar, realizar, por lo menos, una convivencia atlética por semana –52 al año–, que podrían ser financiadas por organismos públicos estatales y municipales –institutos municipales del deporte–, organismos privados, clubes atléticos y podrían coincidir con las fiestas patronales y correr a cargo de las mayordomías, o, con las ferias que promueven el comercio y las artesanías de municipios y regiones.

Incongruencias de autoridades educativas, Gracia, pues mientras que por un lado intentan “poner piedritas en los zapatos” de los particulares que prestan servicios de educación media superior, sobreregulando la actividad, por otro reconocen la incapacidad oficial para incorporar a la escuela, a quienes debiesen cursar este nivel. Datos incorporados al documento denominado “Proyectos en marcha y proyectos prioritarios 2014”, signado por Rodolfo Tuirán Gutierrez, presentado ante el Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), menciona, lámina 9, que “México es el tercer país de la OCDE con mayor proporción de jóvenes nini”, que “la condición de sernini se asocia cada vez más jóvenes que concluyeron el bachillerato o abandonaron la secundaria o el bachillerato”.

Diagnóstico leve pero lapidario, el documento de Tuirán reconoce que los y las ninis“representan un desperdicio de recursos y tienen un alto costo social Gracia”, que podríamos intuir, se vincula con el consumo de drogas, la violencia y la posibilidad de incorporación a sectores al crimen organizado. Refiere que “siete de cada 10 son mujeres, la gran mayoría unidas o con hijos”, cuestión que nos permite recordar que una de cada tres mujeres que tienen hijos es menor a los 19 años y que 60 por ciento de quienes estan en la condición de ni estudiar ni trabajar proviene de hogares afectados por la pobreza (“dos de cada tres pertenece a hogares de bajos recursos”). Concluye señalando que “2,4  millones de jóvenes nini terminaron la secundaria pero no continuaron estudiando (2 millones son mujeres). 535 mil jóvenes nini truncaron sus estudios del nivel medio superior (409 mil son mujeres)”. 3 millones de jóvenes marginados por las políticas publicas.

Al grito de ¿“Cómo” atenderemos?, “a los jóvenes que no estudian, no trabajan y no se capacitan” (estrategias de ampliación de la oferta educativa con equidad), la diapositiva 10 del documente refiere, a más de una inquietud de quien presenta la propuesta, información sobre “acciones –poco– relevantes” desarrolladas en el primer año de gobierno de la administración de Enrique Peña Nieto, vinculada con la realización de estudios diagnósticos y de factivilidad, la ampliación de “la oferta de la educación abierta y en línea”, y la asignación de 8 mil becas (reincerción), nimias para atender a una población objetivo de casi 3 millones de jóvenes. Apuesta en 2014 por “ampliar el sistema de educación abierto y en línea y las oportunidades educativas flexibles.”, vía alternativa para quienes se encuentran en una situación de rezago educativo pero que ha mostrado su fracaso al tratar de incorporar a los egresados de preparatoria y bachillerato a la educación superior formal (no acreditan en general exámenes de admisión), a más de respuestas que incidirían, buenos deseos, en “remover los obstáculos administrativos para fomentar la reinserción escolar  o la capacitación laboral. Fortalecer los centros de capacitación para el trabajo y revisar la oferta de capacitación disponible para hacerla atractiva para los jóvenes nini. Otorgar becas para capacitación para el trabajo. Coordinar con los estados sus acciones en la materia. Impulsar en una primera etapa una prueba piloto en las 40 ciudades con más nini”.

Nada que implique un fortalecimiento de la educación pública, respuesta vinculada a la creación de nuevos espacios educativos asequibles para los y las adolescentes y al presupuesto que se requiriese para cumplir con el ordenamiento constitucional (educación media superior obligatoria), que denote una propuesta más agresiva en torno a las jóvenes que evite deserten por una maternidad temprana, a pesar de partir –la propuesta– de criterios de “equidad de género, inclusión social y pertinencia”. Nada que aluda a una concertación con el sector privado que ya atiende a uno de cada cinco ¿estudiantes?, que cursan este nivel.

Tal vez, prodriamos concluir, Gracia, que se trata sólo de algunas buenas propuestas y tal vez, mejores intenciones, salidas colaterales que sólo retardarían, el fracaso y el abandono escolar (telebachilleratos, bachilleratos digitales, bachilleratos en desarrollo productivo), que no evitarán, que tarde o temprano, estallidos de violencia por quienes no tiene ni vuelta de hoja por carecer de estudios y de alternativas de trabajo. Dios nos agarre confesados, Gracia.

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