Formar y evaluar

By on febrero 26, 2024

Un trimestre más de aprendizajes está por evaluarse en los niveles organizados en las seis fases de la educación básica.
La práctica docente en espiral de cambio en la coyuntura de la reforma curricular de 2022 aún está por transformarse en la perspectiva de planeación didáctica, metodologías sociocríticas y en el enfoque humanista y de derechos humanos (garantizar que todos los estudiantes aprendan).
La perspectiva de cambio de la cultura evaluativa con enfoque formativo en todos los niveles, las demandas específicas de preescolar y secundaria, de educación indigena y especial.
Hay una quinta sesión ordinaria del CTE establecida para el 23 de febrero. Los temas centrales de esta son justo la planeación del próximo trimestre, la evaluación formativa del actual trimestre; hay en el caso de los supervisores y directores una guía ex profeso que subraya la importancia del acompañamiento y asesoría para la apropiación de los nuevos planes y programas.
Guías, mensaje oficial, organizadores gráficos y un documento sobre evaluación formativa suscrito por Angel Diaz Barriga, una de las voces más escuchadas a nivel central por la Secretaría de Educación Pública, son algunos de los insumos para el desarrollo de la sesión de Consejo Técnico Escolar referida.
La propuesta curricular está en proceso de asimilación y de operación por los maestros y maestras en un marco de distracción de los tomadores de decisiones, cuya prioridad son sus aspiraciones políticas o la permanencia.
En un marco de saberes y conocimientos, de repetición de vídeos de encomio y de limitadas presentaciones power point, de mensajes que no llegan; los referentes de los destinatarios sentados, obligados a hacer el cambio con el mínimo de condiciones materiales.
Las guías como sistema de formación continua, el taller de la monotonía cotidiana de estructura previsible, de espacios cerrados donde interactúan hablantes y expositores de pantallas e historietas y escuchas verbalmente voluntariosos hipersensibles del reloj y ocasionalmente distraídos en sus charlas por WhatsApp.
Los procesos de apropiación de los nuevos planes y programas de estudio como propósito, los avances medibles en apariencia por ligas y formularios, el reduccionismo formativo parado sobre guías de control implícito, el juego de lenguaje subyacente, las guías por definición “autogestivas” cuya mediación en los procesos formativos de la práctica docente está poco evaluada.
La resistencia de maestros y maestras. En el ámbito pedagógico por los propios corpus legitimados y aprendidos, por la síntesis dialéctica ausente; en el ámbito político ideológico la historia de un gremio orgánico que delega luchas y demandas laborales y salariales en una representación sindical de exclusivismos, inequidades y simulaciones.
La franja de educadores subproducto del sueño de progreso individual prometido que introyectó la larga noche neoliberal, su tendencia al pensamiento conservador y neoliberal que les hace alinearse hacia los pseudovalores de movilidad material.
Pensar la educación desde las propias concepciones pedagógicas largamente reproducidas, el obstáculo epistemológico mayor, las formas como se resisten los contenidos de la transformación y la construcción de sentido de la propuesta curricular 2022.
El rompecabezas de los distintos proyectos educativos que se incuban en la entidades federativas, los “modelos” en estado gaseoso como el proyecto Recrea Jalisco que pese a los deseos de sus padres y tutores, cual mentira repetida muchas veces no ha germinado convirtiéndose en actualizacion de calidad.
El “modelo” de una pseudo política y de una pseudo pedagogía vicaria que no modela nada, mercadotecnia y publicidad digital en una especie de surrealismo pedagógico.
La historia por escribirse e interpretarse del “modelo” Recrea que ahora apunta a los padres de familia, el todo o el ser y la nada, la evaluación formativa por hacer a sujetos y proyecto.
Los contenidos y el mensaje vendido en voz de reproductores oportunistas como los encuentros del pasado fin de semana en Lagos de Moreno, Guadalajara y Puerto Vallarta. El trío de boleros Nemistas mal entonados autodenominados Avanzada de la Nueva Escuela Mexicana; su filón de negocio que convoca y vende a oyentes en estado de holganza intelectual ante el vacío de propuesta institucional.
La ausencia de actualización institucional sobre las ideas fuerza de la Nueva Escuela Mexicana, el ideal aún ausente de uso de recursos lejos de la Expo Guadalajara, para fortalecer los procesos y estructuras de pensamiento superior y pensamiento complejo y crítico, para en realidad estar en el camino de la transformación de la práctica docente y educativa.
Y en los ecos por la marcha rosa, ilegal, provocadora y sectaria del domingo 18 de febrero, el supuesto de consignas y mantas a favor de la democracia en el zócalo de la CDMX y otras ciudades; la marcha conservadora como acto anticipado de campaña (la presencia del líder nacional del PAN y del PRD así lo confirman) a favor de la reprobada en veracidad y amor al pueblo, la sonriente y errática Xóchitl Gálvez; la sospechosa voz del orador único Lorenzo Córdoba, ahistórico, cínico y sin elocuencia, acostumbrado a los espacios cerrados, la presencia de Woldenberg. La historia reciente del Instituto Federal Electoral/Instituto Nacional Electoral.
En el margen del zócalo y las plazas la ausencia del pueblo en la marcha.
Dentro y en las calles aledañas los setecientos mil congregados de color rosa que saborean el odio en sus consignas, que caminan con pasos sin convencimiento y bajo paraguas susurran la defensa de la democracia clasista como propuesta, la defensa de los privilegios de los menos, la disgresión del tema de su marcha para atacar y denostar.
El flexible significado de la democracia para personajes como Claudio X. González, el enemigo de los maestros y maestras que marchan en defensa de los derechos laborales o la actitud y dicho del ex funcionario foxista, el converso Jorge Castañeda Gutman.
Los claroscuros de la marcha. Lejana de ser una expresión ciudadana. La ingenuidad y perversión de las masas marchantes manipuladas, la democracia como forma de vida desde una visión clasista. La sonrisa de satisfacción de los organizadores, el terrorismo quinquenal contra la gobernabilidad que no les ha prosperado, la inminencia de un proceso electoral donde los derechistas están pésimamente representados, ya hasta con muñeca de trapo y/o plástico.
El advenimiento de otra guerra sucia espotera como en 2006.
La estrategia de manchar, injuriar, descalificar; la ola de odio que justo se opone a una elemental vida democrática que debe partir de una amplia concreción de tolerancia y respeto al justo debate de ideas.
Las corrientes de aire en el zócalo y las plazas públicas, la era pródiga en voces disonantes que manchan la objetividad, el periodismo y la cohesión colectiva, los voceros del autoritarismo con cuartos de guerra legitimados en la libertad de expresión.
Los que opinan, se equivocan y no corrigen, los que como saltimbanquis saltan de una noticia a otra con énfasis en el sembradío de lodo y desinformación (Loret de Mola, el payaso Brozo, López Doriga, Ciro Gomez Leyva, Ferriz de Con, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, por mencionar algunos).
Formar y evaluar, la perspectiva de evaluación formativa para mejorar la planeación didáctica, la noción del deseo de aprender tomado de Juan Amos Comenio, el timing pedagógico al que refiere Diaz Barriga, la quinta sesión ordinaria que convoca a Consejo para atender la problemática de gestión escolar y hacer taller para procesar la semántica y las implicaciones para la práctica docente, la asesoría y el acompañamiento, de una propuesta curricular en marcha que juega su destino también en el próximo proceso electoral.
Los desplazados en la elección de 2018 que quieren volver por sus fueros, los ingenieros de la corrupción jugando sus piezas. La educación pública como tema sugerente en todo proyecto de gobierno.
La educación democrática como aspiración y legado, la tentación clasista de golpear, la obligación moral de construir y defender, la ciudadanía que ahora hay que formar con fortalezas en conocimientos, habilidades, valores, memoria histórica, conciencia de clase y capacidad crítica para decidir el destino de su voto.

Con información: Revista Educarnos

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