La lucha para que Porfirio Loeza no despoje de una preparatoria a Tlatlauquitepec

By on junio 28, 2021

La Jornada de Oriente

Atrás de la impugnación al triunfo electoral de Porfirio Loeza Aguilar no solamente se manifiesta el malestar por la cuarta reelección de dicho personaje como alcalde de Tlatlauquitepec, sino también la defensa del principal bachillerato de este municipio, con más de cuatro décadas de existencia, que en los últimos 9 años ha habido múltiples intentos del edil de apoderarse a la mala de esta institución de educación media superior.

El fuerte anhelo que había en este municipio de la Sierra Norte de Puebla de evitar la reelección de Loeza –que ganó por un puñado de votos al candidato del PRI, Juan Manuel Téllez Salazar– tenía como telón de fondo la resistencia que maestros, alumnos y padres de familia han dado para evitar que el político morenovallista, ahora converso a militante de Morena, se adueñe de una escuela que nació con el propósito de ser una opción educativa a los adolescentes para evitar que migren o se queden rezagados en su  enseñanza.

Desde enero de 2020 los maestros de este plantel sufren una permanente campaña de hostigamiento laboral para que abandonen el plantel y la Escuela Preparatoria por Cooperación Tlatlauqui se le pueda quedar al alcalde, quien estaría utilizando a tres prestanombres para aparentar que él es ajeno a la compra indebida de dicha institución.

Este conflicto constituye una vergüenza para Morena que siendo un partido que pugna contra los abusos de poder del PRIAN y a favor de la educación pública, tolera a un cacique como Porfirio Loeza que va por su cuarto mandato como alcalde y busca despojar a su comunidad de un centro educativo que ha sido una propiedad del pueblo de Tlatlauquitepec.

La historia de la escuela

En 1972, en Tlatlauquitepec no había ninguna opción educativa luego de la secundaria y por esa razón el entonces presidente municipal, Prospero Parra Toledano, decidió fundar la primera preparatoria de la localidad, con domicilio en Avenida Reforma Sur 165.

El terreno fue donado por un particular y el dinero para la obra se consiguió con las aportaciones de pobladores, maestros, alumnos y autoridades municipales. Por esa razón, el resguardo del inmueble quedó bajo responsabilidad del ayuntamiento. En aquella ocasión, hace 48 años, se firmó un documento en el cual se asentaba que el edificio únicamente tendría el propósito el otorgar educación media básica para la población de Tlatlauquitepec y de la región.

Por las gestiones de los profesores Leonel Becerra López, Aracely Rodríguez Guzmán, Eleuterio Franco Moroni, Enrique Mortagón López, Javier Hernández y Miguel Ángel Rodríguez Guzmán, se consiguió que la escuela fuera incorporada a la Universidad Autónoma de Puebla, un logro que hace cuatro décadas era muy difícil que se consiguiera fuera de la capital y de las principales cabeceras del estado.

Todo marchó bien con esa preparatoria, que a lo largo un tercio del siglo XX y las primeras décadas del actual siglo han egresado poco más de 3 mil estudiantes debidamente titulados.

Los problemas empezaron en 2012, cuando Porfirio Loeza se encontraba en su segundo mandato como presidente municipal y enfrentaba graves procesos administrativos por malversación de fondos públicos, que incluso llegó al extremo de que el Congreso del estado ordenara su destitución, pero que al final “salvó el pellejo” por una negociación con Eukid Castañón Herrera, el hombre fuerte del morenovallismo y ahora preso por enriquecimiento inexplicable.

En ese año, Loeza argumentó que el edificio es propiedad del ayuntamiento y por tanto, tenía que ser desalojado para ser ocupado en la prestación de otros servicios públicos que no fueran la educación de jóvenes bachilleres.

Una rebelión de alumnos, padres de familia, maestros y otros grupos sociales del municipio permitió que las autoridades educativas estatales intervinieran para frenar el despojo, pese al fuerte enojo del alcalde.

En 2019 ocurrió un hecho grave: murió el profesor Miguel Ángel Rodríguez Guzmán y resulta que la clave de la preparatoria estaba a su nombre, pues el había sido el gestor. Su familia se puso a vender de manera indebida ese documento y aparentemente han aparecido tres personas que dicen ser los nuevos dueños de la escuela, bajo el argumento de que adquirieron el permiso en cuestión.

Sin embargo, se ha evidenciado que esos supuestos dueños en realidad serían prestanombres de Porfirio Loeza.

La manera en que se ha evidenciado es que en el último año se ha mandado al personal del ayuntamiento a laborar en la preparatoria, como una manera de desplazar a los maestros que han defendido el plantel. Y eso solo puede ocurrir bajo las órdenes del edil.

Por si fuera poco, la contadora personal de Porfirio Loeza Aguilar ahora aparece como representante legal de la institución.

Y en noviembre del año pasado, personal del ayuntamiento se presentó a realizar mediciones de las colindancias de la preparatoria, al parecer para tramitar una nueva escritura del edificio.

A los maestros les han bajado el salario, les restan horas clases y les dejaron de pagar prestaciones, como el aguinaldo. Es una forma de hostigarlos e intentar obligarlos a que se vayan de la escuela o por lo menos, dejen de luchar para que la escuela siga siendo un sitio público para la comunidad y no se la adueñe el presidente municipal, de quien se dice que habría comprado la clave oficial de la preparatoria.

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