Obesidad frena el desarrollo; urge un cambio radical en la alimentación: Rivera Dommarco

By on marzo 11, 2024

Si no logramos detener el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados, existe el riesgo de que una tercera parte de los niños mexicanos puedan tener diabetes, alertó Juan Ángel Rivera Dommarco, doctor en nutrición, quien en diciembre fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias 2020, en la categoría ciencias físico-matemáticas y naturales.

Con una trayectoria de más de 30 años de labor ininterrumpida en el campo de la investigación, durante los cuales ha estado al frente de instituciones como el Instituto Nacional de Salud Pública, es un personaje clave en muchas de las legislaciones actuales acerca de los aspectos alimentarios de los mexicanos.

Rivera Dommarco estudió la maestría de nutrición internacional en la Universidad Iberoamericana en 1979; obtuvo el grado de doctor por la Universidad de Cornell, en Nueva York, Estados Unidos, en 1988, donde se especializó en el área de epidemiología.

En entrevista con La Jornada, el científico habló sobre sus aspiraciones y su trabajo con el que busca combatir los problemas alimentarios en la población. Cuando reviso mi trayectoria veo dos etapas: 1985, en la que combatimos la desnutrición, lo que me llevó a dedicarme a esto; los niños solían morirse debido a la pobreza e inequidad que había en el país. Y 2000, cuando empezó a aumentar de forma crítica la obesidad en México; ahora ese es el reto a superar.

Rivera Dommarco creó la línea de investigación de nutrición y salud pública y es académico fundador del programa de maestría en ciencias en nutrición (1999), del doctorado en nutrición poblacional, así como de la maestría en nutrición clínica, que se creó en colaboración con el Instituto Nacional de Perinatología.

De 1985 a 2005 combinó métodos epidemiológicos con estudios y ensayos clínicos de suplementación de nutrientes, y evaluó acciones para prevenir la desnutrición, obtuvo evidencia para diseñar políticas mediante estudios aleatorizados.

Si uno ve los problemas de salud crónicos, y las primeras causas de muertes en México, uno encuentra que en el fondo de todo siempre está la mala alimentación. Es lo que nos lleva al sobreconsumo de calorías, grasas, azúcares y sodio, sostuvo Rivera Dommarco.

Atribuyó esto a un cambio repentino en la dieta tradicional basada en maíz, frijol y verduras, la cual hemos sustituido para consumir cantidades muy altas de productos ultraprocesados.

El consumo de verduras y frutas nunca ha sido muy alto en México. El reto que enfrenta nuestro país es la obesidad; la generación de mexicanos que nacerá muy pronto se encuentra en riesgo, tercera parte de todos los niños pueden tener diabetes, lo que implica mayor mortalidad temprana y mala calidad de vida, aseguró.

Problema de productividad

Sostuvo que se trata de un asunto que nos concierne a todos, pues conllevaría un problema de productividad que repercutiría en el desarrollo del país, por lo que llamó a hacer un cambio radical en la alimentación por una más saludable.

Tampoco hemos podido resolver el problema de desnutrición; hay alrededor de 2 millones de niños que la padecen. Tenemos que cambiar lo que comemos, la forma en la que producimos los alimentos y disminuir la cantidad de desperdicio que generamos, aseveró el científico.

Rivera Dommarco afirmó que la sobreproducción de alimentos y los desechos que no son aprovechados también aumentan las condiciones que derivan en el calentamiento global y en la pérdida de biodiversidad.

Este otro lado de nuestra alimentación genera muchas afectaciones; estamos contribuyendo a la destrucción de los sistemas de la Tierra y eso pone en riesgo a nuestra especie y a otras, destacó.

Además de la diabetes, se han incrementado los problemas cardiovasculares. Según el portal de la Secretaría de Salud federal, alrededor de 220 mil personas mueren cada año en México por esa causa.

Añadió que “el generador del problema es la alimentación. Hay quienes apuntan que es un tema de educación y dicen ‘es que si la gente supiera comer bien, lo haría’ y, sí, pero eso no es todo.

“Algunas empresas se excusan y señalan: ‘el problema no somos nosotros ni los productos, sino que hay que saber comer’. Los mexicanos de los años 40 o 50 no tenían más información, sino una mejor cultura alimentaria”, aseguró.

Otro factor que se debe tener en cuenta es la economía agroalimentaria. Hemos visto que hay una proliferación de alimentos procesados que se diseñan para ser apetecibles, algunos hasta causan adicción como los refrescos, a tal grado de que prefieren beber eso que agua. Agrégale que hay una publicidad muy fuerte, en especial dirigida a niños, pues peor, indicó el doctor.

En 1988, cuando se hizo la primera encuesta sobre la obesidad en mujeres adultas, la cifra que padecía esa condición rondaba 9 por ciento, ahora está en 35; es un aumento sin precedente. Cambiar esto nos va a llevar tiempo. Para corregir este problema, se tiene que armar un paquete completo de políticas públicas, fiscales, regulatorias, y de información, resaltó.

Otro de los problemas es la falta de tiempo para dedicarle a la cocina tradicional. Ahora llevamos un estilo de vida mucho más acelerado, y eso implica siempre que nos vayamos por lo rápido, aunque no es la opción adecuada, concluyó el galardonado.

Rivera Dommarco continúa con sus investigaciones, las cuales publica en revistas científicas renombradas como Lancet. Además, se prepara para divulgar los efectos de la dieta planetaria, un plan saludable que puede aplicarse a nivel mundial, la cual ideó junto con su grupo de trabajo en 2019.

Información: La Jornada

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