Cómo explicar a los niños que hay personas malas que les pueden dañar

By on marzo 27, 2022

Como madres y padres queremos proteger a nuestros hijos lo máximo posible, protegerles de todo mal que pueda haber a su alrededor, y bien sabemos, como adultos que somos, que hay gente que puede hacer daño intencionado a nuestros hijos e hijas… Hablamos de situaciones de abuso, secuestro, conflictos, violencia… ¿Cómo podemos explicar a los niños que existen personas malas que pueden dañarles? ¿Cómo conseguir que sean prudentes sin que le cojan miedo a todo?

Si hiciéramos una lista de todas las tareas y responsabilidades que tenemos como madres y padres… realmente no sé si algún día la acabaríamos, pues cada etapa de crianza requiere atender situaciones nuevas y diversas, y de la misma manera cada hija o hijo es especial y único.

Atender su alimentación, descanso, potenciar un ocio saludable, inculcar unos valores sólidos que vean en casa, acompañarlos en las tareas escolares, aconsejarles y guiarles en el plano emocional y social… y además darles las herramientas para que se cuiden, sean responsables y autónomos. Enorme responsabilidad, ¿verdad?

Y sumado a todo lo anterior, los padres queremos proteger a nuestros hijos e hijas de todos los posibles daños que les pudieran hacer o situaciones peligrosas a las que se pudieran exponer…

La realidad es que en este mundo que nos ha tocado vivir, hay personas malas que pueden tener intenciones dañinas hacia nuestros hijos e hijas, y cuando digo malas hago referencia a maltratos, abusos, extralimitaciones, secuestros… y cierto que al pensarlo se pone el bello de punta.

Cómo platicar con tus hijos sobre gente que les quiere dañar

Os voy a ofrecer ahora, algunos consejos e indicaciones que os pueden servir de ayuda para saber cómo podemos iniciar esa conversación con los niños y niñas, siempre buscando un momento idóneo y sin forzar:

1. Les podemos empezar contando que la vida está llena de opuestos; que existe el día porque existe la noche, explicándoles que para que tengamos el sol, la luna ‘se va a dormir’ y al revés; que para que exista esa luz, es necesaria que exista la oscuridad… Es posible que ellos inicien un juego de opuestos… en cuanto a colores, formas o tamaños.

2. Los opuestos nos ayudan a identificar y clarificar muchos conceptos en nuestro día a día.

3. Explicar el concepto del bien y del mal a nuestros hijos, puede resultar complejo, todo dependerá de su madurez y fundamentalmente de los valores que vivamos en casa. Debemos tener en cuenta que son conceptos muy amplios y es importante saber a lo que hacen referencia.

4. Por ejemplo, les podemos contar que un niño o una niña puede decidir llevarse un borrador del colegio en su bolsillo, a pesar de que sabe que no le pertenece y que su lugar es la escuela. Y además les podemos añadir que es posible que no se lo cuente a nadie, pues ese niño o niña sabe que eso no es adecuado hacer.

5. Aquí podemos comentar con ellos lo que es adecuado y lo que no… quizá aproximándonos a los términos de ‘mal’ y ‘bien’. Es muy probable que salgan más ejemplos de su día a día que nos servirán para seguir compartiendo con ellos. Y es que para que exista el bien y poder entenderlo, es necesario saber cuál es su opuesto.

6. Si vemos a nuestro pequeño receptivo y consideramos que sigue siendo un momento adecuado, le podemos dar la información de que hay personas que hacen mal, que hacen daño a los niños. Es posible que se sorprenda, que se asuste o que incluso lo niegue…

7. No es cuestión de inculcar el miedo y la inseguridad, todo lo contrario, es momento de decirles esa serie de cosas que tantas veces, cuando nosotras y nosotros éramos pequeños, también nos decían en casa: no te vayas con desconocidos, no comas nada que te den en la calle, si alguien te hace algo que no te gusta me lo debes contar…

8. Y para seguir con esta información os invito a que os hagáis esta pregunta: ¿cómo te hubiera gustado que te lo contaran a ti? Pues así es como tu hijo o hija necesita que se lo cuentes. No existen fórmulas mágicas ni directrices absolutas.

Hablar de abusos o secuestros sin que los niños tengan miedo de todo

El día a día con nuestros hijos e hijas nos da la oportunidad de inculcarles estos mensajes que queremos que les lleguen con amor. Por ejemplo, en el momento del baño o de aplicarles la crema, podemos hablar de lo importante que es cuidar el cuerpo por fuera, de que su cuerpo les pertenece y nadie lo puede tocar (excepto mamá o papá).

Cuando vamos al parque o alguna zona de ocio, ya que son espacios grandes y con mucha gente, para no perdernos nadie y disfrutar más de nuestra compañía, es importante ir juntos y cuidarnos unos de otros.

Que si alguna persona le hace sentir incómoda pues le pide que haga cosas a escondidas, por ejemplo, que siempre debe contarlo a mamá o papá, ya que en todo momento van a entenderle. Cuando alguien les habla de tener un secreto solo ellos dos, es cuando más nos lo tienen que contar.

Es posible que nos cueste enfrentarnos a este tipo de mensajes o conversaciones con nuestros niños y niñas, pero es necesario. Igual que hablamos de educación emocional o sexual, concienciar a nuestros hijos de esta realidad (que existen estas personas malas que pueden querer dañarnos), desde el autocuidado y la responsabilidad, es tremendamente necesario.

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