La SEP cambiará dinámica de clases

By on junio 17, 2014

*  Se ajustarán los contenidos de las materias y se buscará que los alumnos equilibren la memorización y la reflexión

Por: Lilian Hernández / EXCELSIOR

Debido a que la escuela ha permanecido en el último lugar en las decisiones educativas y que el método de enseñanza no ha mostrado ser eficaz en el buen aprendizaje de los alumnos, la SEP cambiará la dinámica de las clases, ajustará los contenidos de las materias y dará un nuevo lugar a la escuela.

De acuerdo con las conclusiones del Foro Nacional de Educación Básica, el trabajo en las aulas tiene que estar enfocado en equilibrar la memorización con la reflexión crítica entre los estudiantes, que comprendan las operaciones matemáticas para hacer inferencias lógicas y que el maestro, más que transmitir conocimientos, sea “un guía” para que los niños aprendan a aprender.

Las propuestas vertidas por el Consejo Asesor Técnico de los foros que la SEP llevó a cabo en el país para diseñar un nuevo modelo educativo, señalaron que hasta ahora la escuela ha estado sometida a decisiones externas y, por tanto, se debe “romper la verticalidad” para que tenga autonomía de gestión y use los recursos en los aspectos que más requiere el plantel y no en lo que dicten las autoridades educativas.

Entre los cambios planteados, la SEP tendrá que diseñar un nuevo plan de estudios, donde se reduzcan los contenidos, para que en vez de que los niños deban aprender demasiados temas, dediquen mayor tiempo al razonamiento lógico y reflexión crítica de menos contenidos.

María Trigueros, integrante del Consejo Asesor Técnico de los foros de educación básica, señaló que el trabajo en el aula tendrá que ser menos rígido, a fin de que los maestros puedan innovar en su modo de dar las clases, bajo el enfoque de que los alumnos aprendan por sí mismos y no sólo por lo que dicte el profesor.

Se busca promover una serie de acercamientos y buscar un equilibrio entre la memorización y la reflexión crítica, a través de darle a los maestros una mayor libertad para elegir la forma de trabajo frente a los distintos temas que se proponen en el currículum”, apuntó Trigueros.

En español es urgente fortalecer la comprensión de lectura, para que el alumno aprenda a comunicar sus ideas y pueda plasmarlas en la escritura, mientras que en matemáticas, más allá de aprender de memoria fórmulas y algoritmos, sepa que tienen un uso lógico y que funciona para la vida diaria.

En educación física, dijo, los alumnos tienen que salir de la pasividad y tener una clase donde realmente se ejerciten, pero al mismo tiempo se relacione ese ejercicio con el aprendizaje de los beneficios en la salud y en la nutrición.

Respecto a la reducción de contenidos, dijo que no significa reducir el reto o la exigencia cognitiva de los materiales, sino que en las últimas reformas se ha diluido el contenido de las materias y entonces no es motivante el estudio, porque “les parece aburrido lo que tienen que estudiar”.

Sobre el lugar central que merece la escuela, Elisa Bonilla, integrante del Consejo Técnico Asesor de los foros de educación básica, señaló que en el modelo vigente la escuela ha estado en último lugar, por lo que no puede hacer mucho para ser eficaz.

Por tanto, aseveró que en el nuevo modelo educativo “la escuela no puede estar al final de una cadena de mando, recibiendo indicaciones, atendiendo exigencias administrativas, siendo demandada por la sociedad para solucionar todo tipo de problemas ajenos a su razón de ser primordial, es decir, que los niños aprendan a aprender y aprendan a convivir”.

En el nuevo modelo educativo, enfatizó, la escuela tiene que estar en el centro del sistema, tomando decisiones y solicitando apoyo cuando lo requiera, debe estar enfocada en lograr su objetivo principal, “que es garantizar una educación de calidad con equidad para que los niños y jóvenes puedan hacer valer su derecho de aprender”, acotó.

Para tener una nueva escuela, concluyó que es urgente “romper la vieja verticalidad del sistema”, el cual la misma SEP reconoce, y ello será el mayor reto para construir el nuevo modelo de la escuela de educación básica.

ESTÁ LIBRE DE TABACO 10% DE UNIVERSIDADES

En el país, apenas una de cada 10 universidades es 100 por ciento libre de humo de tabaco, debido a que en estas instituciones es algo reciente el objetivo de erradicar el consumo de cigarros.

A pesar de que existen estudios que han corroborado que hay una pérdida de horas-clase por fumar, las universidades no han adoptado medidas para controlar y reducir el consumo de tabaco, señaló Ana Marlene Espinosa Martínez, directora de la Oficina Nacional de Control de Tabaco.

Algunas instituciones de educación superior han iniciado el proceso de establecer un área específica para fumadores, pero convertirlas en 100 por ciento libres de humo de tabaco no se ha logrado, ya que los intentos fracasan porque no existe una vigilancia que garantice ese objetivo.

No llegamos ni al 10 por ciento de universidades que sean 100 por ciento libres de humo de tabaco. Algunas tienen un área específica para fumadores y han hecho adecuaciones con la Ley General del Control del Tabaco”, pero es un número muy reducido.

Aunque aseguró que son pocos los estudiantes que se resisten a esa medida, señaló que es complicado promover la disminución del consumo de cigarros entre los universitarios, porque quienes fuman iniciaron en la secundaria o en bachillerato, entonces tienen una adicción menos fácil de erradicar.

Los estudiantes empiezan a fumar antes. Cuando llegan a la universidad ya son adictos y es más difícil implementar acciones para que ellos reduzcan el consumo de tabaco”, admitió.

En entrevista, Espinosa Martínez comentó que estudios clínicos les han permitido saber que en las facultades donde se imparten las carreras vinculadas a la salud es donde más fuman los estudiantes, pues incluso encuestas revelan que los profesionistas que más consumen cigarros son los siquiatras, cardiólogos, oncólogos y anestesiólogos.

Explicó que las pocas universidades que han determinado ser 100 por ciento libres de humo de tabaco se encuentran en Veracruz, Tabasco, Morelos, Durango, Colima, Puebla, Distrito Federal, Estado de México, Baja California, Baja California Sur y Nuevo León.

Eso significa que solamente las universidades de 11 estados han implementado esa medida para reducir el consumo de tabaco entre la comunidad universitaria, mientras que las instituciones de educación superior de 21 entidades han sido omisas a esa medida de prevención y control del tabaco.

Aunque que no existe ninguna norma que las obligue a ser espacios libres de humo de tabaco como los edificios de dependencias públicas, lo cierto es que al evitar que los alumnos, profesores y trabajadores fumen dentro del campus sí reduce su consumo.

La directora de la Oficina Nacional de Control de Tabaco comentó que en el país no existe una encuesta específica que indique cuántos cigarros fuman en promedio los universitarios, pero oscilan en el rango nacional, que es seis cigarrillos diarios.

La Encuesta Nacional de las Adicciones indica que el consumo promedio de las personas fumadoras es de 6.7 cigarros al día, “pero hay reportes de los centros de adicciones del país de que el consumo de cigarros en jóvenes se ha incrementado de 10 a 15 cigarros al día”, alertó.

El subdirector de la Oficina Nacional de Control del Tabaco, José Alejandro Ávalos Bracho, señaló que una facultad o campus 100 por ciento libre de humo de tabaco “es importante, porque si pasa 8 o 10 horas, es tiempo en el que no van a fumar y empiezan a reducir el consumo”.

En tanto, la directora de esa oficina detalló que en las universidades hay una pérdida de horas académicas entre los estudiantes por salirse a fumar antes de que termine una clase e inicia la siguiente, pero en una institución libre de humo de tabaco eso se termina, y “eso representa un beneficio, porque dejan de usar tiempo escolar en fumar”.

La pérdida de horas productivas o académicas por salirse a fumar es importante. Los jóvenes o profesores en un tiempo que tienen entre clase y clase salen a fumar y salen antes de la clase y regresan tarde a la siguiente, entonces pierden tiempo”, comentó.

Ambos funcionarios aseguraron que si las universidades empiezan a ser espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco, en 10 años habrá profesionistas que ya no fuman gracias a que lo dejaron cuando cursaban la carrera.

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