Pedro Moctezuma Barragán propone encauzar desde abajo el uso y la gestión del agua

By on abril 21, 2024

Tomar en las propias manos el manejo del agua, para que esta sea vista, no sólo como un recurso al que se le pone una cuota, sino como un elemento vital en la historia, en el presente y en el futuro, al que se le puede encauzar desde los mejores caminos tecnológicos, científicos y de innovación, y desde las decisiones sociales y comunitarias que pueden dar las personas organizadas. En todo, no dejar fuera la posibilidad de tomar decisiones desde arriba, desde lo gubernamental, para que el agua sea verdaderamente para todos y de todos.

En ello, reside el libro El agua en nuestras manos, del académico, investigador y ahora funcionario público, quien presenta esta “caja de herramientas” que se abre, de manera histórica, fundamentada y actual, para que sea la población quien replantee su relación con el agua, que no es sólo un bien sino un sujeto de derecho.

Presentado días atrás en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), el título publicado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y el Fondo de Cultura Económica (FCE) toma al agua como un punto de bifurcación: para seguir caminando en un modelo económico capitalista, de explotación, de extracción y de poder patriarcal, o para transitar en un nuevo sendero que se apoya en veredas antiguas: las que da el pensamiento mesoamericano, en donde el agua esta abajo, en medio y arriba, y por tanto está conectada con el hombre y su supervivencia.

Acompañado por las investigadoras, académicas y activistas María Eugenia Ochoa, Argelia Arriaga y Valentina Campos, Pedro Moctezuma señaló que el libro se integra por 12 capítulos que casi se pueden leer de manera independiente, buscando su claridad.

En el acto, el actual secretario del Agua en el gobierno del Estado de México mencionó que en el texto de 600 páginas hay una pregunta central que se da una vez escuchados y vividos los problemas de sequía en el campo y en la ciudad, del patriarcado y la autoridad vertical y abusiva, de los expertos que dan propuestas alejadas, de la privatización del agua que se da en grande como pasa en Puebla o en pequeño con las botellitas que cuestan 12 pesos cada litro, mientras el gobierno les vende su extracción a las grandes empresas en 10 pesos por cada mil litros, además de los problemas de salud y enfermedad por la falta de acceso a ella que hasta generan la muerte.

“Estos problemas los hemos vivido, los hemos sufrido y sin embargo es importante reconocer dónde está nuestro poder, qué podemos hacer de menos a más, en lo personal, en lo comunitario, a nivel regional, nacional e internacional, para darle la vuelta a esta situación imposible”, dijo el economista de profesión que cuenta con un doctorado en Planeación y Desarrollo por la Universidad de Liverpool.

De paso, dijo ante las colectivas, contralorías y asambleas de defensa del agua que se han armado en Xoxtla, Puebla y otras comunidades que en el estado pugnan por el manejo social del agua por encima de su administración meramente comercial, Moctezuma Barragán enfatizó que el libro El agua en nuestras manos busca “despertar la conciencia, superar las propias limitaciones y asumir el propio poder personal y colectivo”.

“En el libro se plantea la importancia de la cultura, de la poesía, de la alegría, porque esta lucha tiene que ser una lucha de vida, una lucha de futuro, que nos motive, que sea por articularnos con movimientos, superando las contradicciones que se dan y otras que provocan los poderosos, de ´divide y vencerás´ y lograr unir nuestras manos en el esfuerzo por construir una nueva sociedad”, enfatizó el fundador del Centro de Sustentabilidad “Ixcalli Ixcahuicopa” (Centli-UAM) en la Sierra Nevada, e integrante de la Coordinadora Nacional Agua para Todxs, agua para la vida.

Completó que además de la experiencia que dan las profundas raíces indígenas, también presente en el libro, esta la contribución universal de especialistas y de incluso del Papa Francisco que en una encíclica en la que “deja en claro que la lucha por el agua es una lucha humana” que a todos toca, por darle la vuelta a estas divisiones a través de la participación y la organización”.

“La vida me brindó la posibilidad desde los 18 años de estar integrado en dinámicas comunitarias fuertes, permanentes, no en escándalos sino en organizaciones. Lo que se busca en la segunda parte del libro es cómo recuperar nuestras formas para organizarnos, para planear de una manera en que se garantice el cambio”, dijo Pedro Moctezuma, quien desde los inicios de su vida académica ha estudiado la crisis hídrica en México.

El académico acotó, no sin humor, que en el capítulo final hay una “auto predicción”, ello en referencia a su actual papel como secretario en un gobierno estatal. “Planteo que además de la acción colectiva, de la lucha social de abajo hacia arriba, si queremos un cambio hay que atrevernos a luchar por espacios de poder, por espacios gubernamentales para, desde ahí, destapar caños, tender puentes, lograr vínculos para un cambio profundo. No le podemos dejar el poder a aquellos que abusan de la población. Tenemos que luchar por transformar también el poder para servir, para hacer”.

Como ejemplo de lo anterior, expuso que el 10 de abril pasado en el Estado de México se logró la desprivatización las mega plantas de Toluca, de la Norte y de la de Oriente, “que eran las que más agua fingían tratar”, una conversión que se reflejará en aguas públicas, “un camino inspirado en las luchas de la Asamblea Social del Agua (ASA) desde 2013 en contra la de la privatización y por una gestión de abajo, con conciencia, con técnica, innovación, que es lo que nos da esperanza, no sólo recuperar la sabiduría de los pueblos originarios sino la vinculación con lo más moderno”.

Se trata de garantizar el agua para la soberanía alimentaria, la producción y la recreación, menos para el “agua delito, la del fracking, la de la minería tóxica, la del engaño con productos que no tienen valor, sino la negación del agua a la mayoría para luego ser botellitas. “Tenemos que tener dientes, tener fuerza como movimiento y buen gobierno para poner límites al abuso y lograr que el agua sea para nuestro disfrute, satisfacción, para la vida”, concluyó entre aplausos.

En su libro, Pedro Moctezuma deja ver su labor de vida. Valentina Campos, Argelia Arriaga y María Eugenia Ochoa coincidieron que el libro El agua en nuestras manos dejan ver la labor que a lo largo de su vida ha hecho Pedro Moctezuma Barragán en torno al agua, su crisis, su manejo y la necesidad de un nuevo paradigma.

De inicio, Valentina Campos la catedrática de la Universidad Iberoamericana de Puebla presenta un “entramado teórico” que su autor ha desarrollado a lo largo de toda su carrera profesional, con procesos de investigación, activismo y un intenso trabajo en campo. “Es muy claro, toda esta discusión no la hace de manera ingenua sino desnaturalizando y deconstruyendo los procesos, tomando una posición e identificando quién es el adversario en la lucha: la hidrocracia que está en el poder”.

En su caso, Argelia Arriaga, investigadora del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la UAP destacó que, en libro, su autor hace un homenaje a quiénes, a lo largo y ancho del país, han muerto defendiendo al agua, lo que deja ver su sensibilidad hacia las comunidades que han estado en una lucha. “Pedro da agradecimientos a quienes estuvieron, que dieron una lucha, que fueron espíritus de nuestros tiempos”, destacó la también activista y defensora de diversas causas sociales, para quien Pedro Moctezuma es “un hombre imprescindible” por la lucha establecida a lo largo de su vida.

De igual forma, María Eugenia Ochoa, fundadora de la ASA en 2013 a partir de la privatización del agua en Puebla, reconoció a Pedro Moctezuma como “un compañero”. En su libro, consideró, lo que escribe es “todo su trayecto de vida”, pues desde los años 70 fue un luchador social que buscó la justicia, los derechos humanos y la relación de respeto con la naturaleza y el agua. “Va tejiendo, hilvanando, un proceso que no es individual sino colectivo. En sus cuatro apartados y sus 12 capítulos va planteando mucho de la vida tuya, de la vida mía, de la vida de todos los colectivos de Puebla. Plantea cómo al unir nuestros dedos y nuestras dos manos podemos acoger el agua, como las cuencas son estos espacios que acuerpan el agua”, afirmó mientras unía sus ambas manos, haciendo ese cuenco mojado por un agua imaginaria.

Destaca que El agua en nuestras manos está disponible de manera impresa en las librerías físicas del FCE de México y América Latina, y en formato digital en el catálogo en línea de la editorial.

Información: La Jornada

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