Por qué debes dejar de decir a tu hijo ‘pórtate bien’

By on abril 5, 2022

Es muy frecuente escuchar a mamás y papás expresiones como las siguientes: “pórtate bien”, “si no te portas bien, nos vamos del parque”, “cuántas veces tengo que decirte que te portes bien” o incluso “si te portas bien te compraré un regalo”.

Pero… ¿hacemos lo correcto? te explicamos por qué debes dejar de decir a tu hijo ‘pórtate bien’ constantemente. 

En mi caso, en muchos contextos en los que me muevo: parque, colegio, centro comercial, espectáculos infantiles, parque temático…, lo oigo muy a menudo…, y yo me pegunto ¿realmente el pequeño o pequeña entiende lo que su madre le está pidiendo con ese “pórtate bien”? Lo oigo tanto, que realmente llego a pensar que no saben qué se requiere de ellos, que no saben lo que deben hacer en ese momento…, ya que esa petición, esa orden, empieza ya a usarse tan a menudo que deja de tener sentido, si es que en algún momento lo tuvo.

Pues… ¿dónde ponemos el límite entre un niño que se porta bien o se porta mal? ¿Un niño se porta realmente mal? ?O esa conducta o actitud puede ser fruto de hambre, cansancio, aburrimiento, necesidad de atención?…

Reflexionemos sobre si el sentido que da el adulto es el mismo que le da el niño o la niña…, ese “pórtate bien”…, significa lo mismo para sala de espera del médico, que para cuando hacemos juntos la compra o cuando me despido de mi hijo en la puerta del colegio…, pero realmente ¿qué le quiero decir con ese “pórtate bien”?…, quizá que se esté quieto, aunque tenga 5 años y le sea francamente complicado, o quiero decir que no me suelte de la mano mientras vamos de compras…o quiero decir que no me moleste.

Lo más adecuado es decir lo que realmente necesitamos de ellos y ellas en los diferentes contextos. Lo necesario es explicarles dónde vamos, para qué vamos y cómo se requiere estar en ese lugar o con esas personas.

Qué podemos decir a nuestro hijo en lugar de ‘pórtate bien’

Es importante decodificar nuestra habitual frase “pórtate bien” y explicarles de forma sencilla y clara cuál esperamos que sea comportamiento. Por ejemplo, empleando un tono cariñoso y desde la positividad, lo podemos hacer así:

– ‘Ahora vamos a ir a hacer la compra al mercado, necesito que estés pendiente de mi al igual que yo lo estaré de ti, que estés a mi lado en todo momento. Vamos a comprar fruta y algo de carne. Así podrás ayudarme. Luego buscaremos un rato y un espacio para que puedas jugar y correr, si quieres.’

– ‘Luego necesito que me acompañes al médico, hoy no me encuentro bien. Allí es necesario que mantengamos el volumen bajo y que estés lo más en calma que puedas. Te llevaré unos cuadernos para que pintes, si quieres. Después en casa, podrás jugar un ratito’.

– ‘¡Disfruta mucho hoy de tu día en el colegio! Estate atento a todo lo que dice y pide la profe, para poder aprender mucho. Juega todo lo que puedas, cuando toque y diviértete con todos tus amigos’.

Si les hacemos cómplices de estas situaciones, y se las explicamos, estamos, además haciéndoles partícipes, valorando su acompañamiento activo, aumentando su autoestima, potenciando ese vínculo seguro, explicándoles lo que esperamos de ellos.., y un sinfín de aspectos positivos que se añaden si eliminamos ese “pórtate bien”.

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