Sección 51 del SNTE, heredera de un pasado que cimentaron los maestros poblanos del Siglo XX

By on julio 18, 2013

* Los sindicatos se convirtieron después de 1940 en instituciones de representación social para las colectividades, situación que prevaleció durante casi cincuenta años

 **  En Puebla la fundación de la Sección 51 se remonta a julio de 1958, siendo denominada en ese entonces como Primera Delegación de la Sección 42, imperando la inquietud de los maestros estatales por mejorar sus condiciones laborales

Por: Edgar Gómez Bonilla

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a través de sus secciones estatales ha sido el centro de representación para el magisterio, cuyo objetivo ha sido defender los derechos de los trabajadores. El sindicalismo magisterial en el siglo XXI para el caso mexicano continúa proyectándose como la corporación más grande de América Latina que le ha permitido ser cuadro importante de la vida educativa, económica, política, social y cultural de la nación.

Con la conclusión de la Revolución Mexicana y su periodo histórico de larga duración ya que ésta inició en 1910 y concluyó en 1940, en sus tres etapas que la caracterizaron: la revolución armada, la revolución institucional y la era cardenista, representan en conjunto los antecedentes en la construcción del proyecto nacionalista que define al México Contemporáneo. Sin duda uno de los legados que dejó el proceso revolucionario correspondió a la implantación de instituciones modernas que ante todo se abocaron por promover el bienestar y progreso social del pueblo mexicano.

De esta manera empezaron a crearse instituciones que se encargarían de la educación, la seguridad social, el empleo y la vivienda, como SEP, IMSS, DIF, ISSSTE, INFONAVIT, entre otras, pero además el estado nacionalista mexicano que se constituyó después de 1940 tuvo claro que la legitimidad de su gobierno y para no volver a caer en un conflicto revolucionario lo representaría en cinco instituciones las cuales fortalecerían y asegurarían la continuidad del proyecto y que eran: el presidencialismo, el ejército, los partidos políticos, las empresas y los sindicatos, estos últimos de importante valía porque se encargarían de proteger los derechos de los trabajadores además de que representarían la válvula de escape sobre las dimensiones de tensión que se generaran entre el gobernante y los gobernados.

Los sindicatos a partir de la década de los cuarenta en el siglo pasado se convirtieron en una de las instituciones más importantes de representación social para las colectividades, situación que prevaleció durante casi cincuenta años, ya que en la década de los noventa con el fin del proyecto nacionalista y la incorporación en automático de México al proyecto neoliberal que se consolidó con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el panorama cambió porque la institución sindical ya no tuvo cabida en los nuevos escenarios de gobierno que anhelaba implantar un modelo de trabajo donde se favoreciera la inversión y protección del capital extranjero permitiendo a los empresarios y empleadores “el dejar hacer” y “el dejar pasar” para no asumir compromisos laborales con sus trabajadores.

 De inmediato comenzó una caída de las instituciones sindicales que en el caso de la educación se ve como claro ejemplo a las corporaciones universitarias, donde en apariencia los lideres manifiestan que están con los trabajadores de la Universidad Pública  pero en los hechos y a la hora de llegar a los acuerdos terminan haciendo lo que sus patrones establecen  sin importar el perjuicio que le generan a sus afiliados.  Los sindicatos mexicanos muestran que existen en papel pero en la realidad se desvanecen mostrando su caduquez frente a las exigencias que plantea la política neoliberal.

En el caso del SNTE a la fecha es la única corporación que trata de mantener sus principios de representación para sus trabajadores, porque con su gremio de poco más de millón y medio de maestros se ha convertido en el último bastión que heredó la revolución mexicana y que representa a los trabajadores de educación básica, media superior y superior. Actualmente es considerado no solamente el sindicato más importante de México sino que asume el primer sitio a nivel Latinoamérica por ser la corporación que más afiliados tiene. El sindicato que se constituyó en diciembre de 1943 y al año siguiente obtuvo el registro definitivo y la titularidad de la relación colectiva de trabajo -el artículo 68 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado sólo reconoce a un sindicato por dependencia gubernamental-, ha conservado considerable influencia en el sistema educativo por más de seis décadas.

En el caso de Puebla la creación de la Sección 51 se remonta a julio de 1958,  siendo denominada en ese entonces como Primera Delegación de la Sección 42 y en el marco de su fundación imperó la inquietud por hacer valer las innumerables peticiones de los maestros estatales quienes solicitaban mejores condiciones laborales a través de su primer líder de la delegación el profesor Enrique Zamora Palafox quien en sus argumentos estableció que una deficiente educación derivaba de los bajos sueldos que percibían los maestros, por lo que era natural que éstos buscaran otras ocupaciones para nivelar sus ingresos y con ello se descuidaba el renglón principal de su actividad, la profesión docente.

El sindicato de maestros de la sección 42 (hoy sección 51) al momento de ser creado retoma entre su ideario una de las consignas emitidas en el Diario de los debates de la Cámara de Diputados de septiembre de 1917, donde se exponían los motivos y la iniciativa para conceptualizar al maestro mexicano donde se pedía que se honrará al educador de la juventud, porque: “honrar al maestro, es conseguir dos fines: uno, estimular su labor con las consideraciones sociales, y bien sabido es que, al hombre que en sociedad se le estima y considera y se le quiere, se le facilita más la lucha por la vida; el otro beneficio lo recogerá la patria, por el estímulo que se despierte, vendrá la natural competencia y tendremos maestros seleccionados por sus propios méritos y darán a la sociedad ciudadanos educados, ilustrados, conscientes de sus deberes y dispuestos a cumplir con ellos. ¡Cuánto más se ame al maestro, tendremos una patria más grande!»

Desde el SNTE se han expresado y evidenciado los problemas a los que  se enfrenta el magisterio, y las vicisitudes que envuelven el anhelo por lograr la calidad de la educación en México. Es evidente que el sindicato de maestros de la Sección 51 ha cambiado desde su surgimiento, aunque sus objetivos han sido aparentemente los mismos al enfocarse a presentar a las autoridades de gobierno y educativas las demandas hechas por el magisterio.

 La demanda de un aumento de salario ha sido uno de los principales temas que se han tratado a lo largo de los años en este sindicato. Desde 1958 la sección 51 ha llevado a cabo Congresos Extraordinarios que promueven la consolidación de la corporación buscando la unidad en beneficio de los trabajadores que ante los embates y exclusiones que ha activado el neoliberalismo en el caso mexicano en los hechos es la única corporación que todavía puede ser punto de protesta y presión contra el abuso de los patrones o evitar las políticas de eliminación de derechos y seguridad social de sus agremiados, no por algo el SNTE en pleno siglo XXI ha llegado a ser calificado como el sindicato más amplio e importante de América Latina, cuyo ideario ha sido que el magisterio trabaje por su unidad, que debe ser una de las estrategias primordiales que les permita a los maestros mantener los derechos laborales que los profesores en décadas pasadas a través del sindicalismo heredaron a las nuevas generaciones.

Secretarios Generales de la Sección 51 del SNTE

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