Los políticos suelen tomar las leyes como simples sugerencias, sobre todo las que protegen a la niñez. Pero si en 36 años de gobiernos neoliberales se hubiera protegido y cuidado a la niñez, este país hoy sería muy otro. Creímos que con un gobierno que se autodefine de izquierda la vida de la infancia mejoraría, pero no es así. Por el contrario, hay continuidad entre los gobiernos neoliberales y el actual en lo que se refiere al abandono de la niñez; más aún, se registra a la vista de todos una mayor indiferencia y falta de programas de protección y desarrollo de los más pequeños.

Por ello hacemos un llamado a legisladores, especialmente de Morena, quienes ocupados en redactar iniciativas de ley que le saquen dinero al ciudadano o que estimulen a cierto electorado, se olvidan de que uno de cada dos niños vive en pobreza; de éstos, 20 por ciento en pobreza extrema. Su condena a la miseria es también condena para el país.

No debemos seguir creando generaciones de niños malnutridos, sin vacunas ni acceso a la salud, maltratados, explotados y sin escuelas: generaciones de desempleados, inempleables, candidatos a la delincuencia. La mayoría de los graves problemas de hoy tienen origen en el descuido de la primera infancia. Hay que salvar a los niños de daños irreversibles de la pobreza; es más redituable y visionario que, por ejemplo, rescatar a Pemex. El capital humano de calidad crea más capital humano y éste sí es inagotable. Los niños son el futuro, pero su nombre es hoy, aunque todavía no voten.

En síntesis: la mitad de los pobres de México son niños, tienen hambre y necesitan leyes transexenales y garantías que los protejan del abandono, de la incultura de sus propias familias y de los explotadores. La pobreza y la desigualdad se combaten con escuelas, no con bancos de la ilusión.

PS: presidente López Obrador: su indiferencia hacia los niños con cáncer es inadmisible. Por su propia tranquilidad moral le rogamos instruya a su gabinete de Salud para que atienda esta tragedia de una vez por todas. Gracias.