Segmentación de la educación

By on abril 29, 2021

Revista Educarnos

La organización de la vida escolar tiene en la segmentación una de sus principales características. De ahí la importancia de reflexionar y preguntar por los efectos de esa segmentación de la formación de las personas y de las comunidades escolares.

En una cierta terminología, la segmentación se produce a partir de un cierto orden temporal medido por los años de vida de los estudiantes. Así, se dice educación temprana o educación inicial para las personas de uno y dos años. En algunos países este segmento admite estudiantes de seis meses de edad en adelante. En nuestro país a este segmento lo llamamos guardería. El segundo segmento es la educación prescolar, entre tres y seis años de edad. Sigue el segmento de educación primaria hasta doce años. Luego la secundaria hasta quince y le sigue la educación preparatoria hasta los diesciocho. Al final está la educación universitaria en tres sub-segmentos: licenciatura, maestría y doctorado prácticamente sin límite de edad, y ¿tiene algún sentido tal segmentación?

Antes de entrar en explicaciones vale caer en la cuenta de otras clases de segmentos. En algún tiempo los hombres y mujeres, después del prescolar, asistían a escuelas para varones y para señoritas, cada quien por su lado. Hoy casi ha desaparecido esta separación. Otra segmentación, en algunos países, incluido el nuestro, se segmenta por sostenimiento económico de las instituciones escolares: Educación particular, sostenida por las familias de los estudiantes y educación pública sostenida por el gobierno. En algunos países hay un tercer segmento que son escuelas financiadas “a la limón” por el gobierno y las familias bajo un esquema de “parte y parte”. En algunos lugares de nuestro país existe algo parecido y se le llama “escuela por cooperación”. No es numeroso.

Existe una segmentación más importante, y no menos influyente: La enseñanza se organiza con base en la índole de los contenidos por aprender. Se basa en un instrumento mental que llamamos “currículo”. La ciencia se segmenta en disciplinas sociales y naturales. Éstas se segmentan de la formación cívica y de la formación ética. La educación del cuerpo, educación física le llamamos, se separa de todo lo anterior. Esta segmentación se ordena en “materias” según acuerdos más o menos universales, con nombres e importancia a cada nombre diferente según países y culturas. Educamos con base en proporcionar las piezas de un rompecabezas con la esperanza de sea articulado algún día.

Aún hay más segmentos y más afectación educadora. La escuela se segmenta de la familia. Los “deberes”, sobre todo de la educación primaria, los fija la escuela y los vigila la familia. Tal segmentación es fuente continua de reclamos mutuos por no caer en la cuenta que no se puede “partir” a las personas en pedazos. El niño, niña de primaria (y de todas las edades) es la misma, entera, tal como es su carácter y sus virtudes y defectos.

La pausa impuesta por la pandemia puede ayudar a repensar si esta segmentación contribuye a la calidad de la educación o no.

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