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Los desafíos de la NEM a la práctica de los docentes en servicio
La Nueva Escuela Mexicana (NEM) no es cualquier reforma, es una iniciativa especial que pretende modificar radicalmente las concepciones y la relación de los sujetos con las prácticas educativas. De esta manera, para las y los docentes en servicio la NEM ha sido un reto muy grande, el poder entender lo que la NEM busca, existen testimonios que dan cuenta de las molestias e inconformidades de lo que representa la NEM para la formación y la práctica docente.
Me quiero referir en esta entrega a cuatro aspectos que se desprenden de la NEM y aclarar que este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio que se está realizando a nivel nacional en el seno de la UPN, con la finalidad de dar cuenta de los niveles y la capacidad de apropiación de la racionalidad de la NEM en la práctica. Los cuatro aspectos que quiero trabajar son:
• La autonomía curricular con relación al trabajo de los docentes en servicio.
• El principio de inclusión en el marco de la NEM.
• Los cambios que se exigen desde la práctica bajo el nuevo enfoque que marca la NEM.
• La falta de asesoría técnico pedagógica para saber el rumbo del trabajo educativo.
Como ya se ha dicho reiteradamente en este mismo espacio, la NEM es una propuesta educativa que rompe con los esquemas, los estereotipos, las racionalidades y las concepciones de la práctica y el rol de las y los docentes de los modelos anteriores. Sin embargo, pareciera que sus intenciones son claras en lo que respecta al trabajo de las y los docentes, pero no es así, los docentes sufren en este momento la transición de renunciar a un modelo que se pretende quede en el pasado y el cual se caracterizaba porque las cosas las daba hechas con el menor esfuerzo para pasar ahora a otro modelo, el cual exige capacidad de proponer, de participar y de actuar, para adaptarse a dicho modelo, la constante está en el cambio.
Lo más grave de lo que está pasando en este nuevo escenario de trabajo educativo, es que muchos docentes no tienen claro qué se espera de ellos, las indicaciones y lineamientos institucionales, lejos de dar claridad en cuanto al escenario de acción generan mayor confusión pensando en el contexto concreto de prácticas educativas.
La autonomía curricular
Esta propuesta de cambios curriculares y de reforma educativa genera un alto nivel de lo que se le ha dado en llamar autonomía curricular. Esto es, la autonomía es un espacio de acción y de decisión para los docentes en servicio. Ellas y ellos pueden clarificar la dosificación de los contenidos de estudio, la forma de trabajarlo con los alumnos a su cargo y decidir los tiempos específicos en que se revisan dichos contenidos. El problema reside en que las experiencias anteriores daban cuenta de que la docencia se ejercía a partir de un esquema predecible y muy descriptivo, es decir, era la autoridad quien decidía qué trabajar y cómo hacerlo. Si bien, siempre ha habido márgenes de autonomía desde la práctica docente, llegamos a un monto en que estaban restringidos dichos márgenes y ahora dicho espacio de libertad es muy amplio, de tal manera que muchos docentes no saben qué hacer con ella.
El principio de inclusión
El principio de inclusión educativa es una moda, una tendencia mundial, una potente política pública y es un compromiso de desarrollo humano para poder atender adecuadamente las necesidades educativas de personas que, debido a su condición de diferencia, tienen un ritmo distinto a lo establecido normalmente.
La inclusión educativa busca visibilizar a sujetos diferentes y adecuar las condiciones institucionales, curriculares y hasta materiales de las escuelas para poder atender desde una visión incluyente a todos los sujetos escolares. Esto es, que se respeten las condiciones reales de vida y que se respeten los ritmos de trabajo de cada alumna y alumno y adaptar el currículum a sus condiciones y características propias y no hacer que los sujetos se adapten al currículum establecido.
Para la práctica docente, la inclusión se traduce en una serie de retos y de desafíos, los cuales cuestionan fuertemente la capacidad particular de las escuelas y la concreción de prácticas educativas. Debido a que incluir no se reduce a trasladar a las niñas y los niños especiales y meterlos a las aulas regulares, implica garantizar condiciones favorables de atención, de respeto, de cuidado y que el horizonte formativo sea el mejor para las niñas y los niños en dicha condición especial.
Los cambios en la práctica, la práctica del cambio
El componente nuclear más fuertemente interpelado por los cambios y las sugerencias que surgen de la NEM es el asunto de las prácticas educativas. Tal como lo han demostrado diversos hallazgos y recomendaciones surgidas desde la investigación educativa. La práctica docente es el escaparate a través del cual es posible mirar con cierto nivel y claridad objetiva, conocer hasta dónde se ha avanzado en la apropiación de ciertas sugerencias novedosas o de la racionalidad que subyace a una propuesta determinada en este caso a la propuesta de la NEM.
La falta de asesoría técnico-pedagógica
La asesoría técnico pedagógica es un complejo dispositivo pensado en garantizar a través del acompañamiento a docentes en servicio, mejores condiciones para el desarrollo de las prácticas educativas.
Los sujetos que se encargan de la asesoría técnico-pedagógica viven en un escenario no del todo gratificante, el asesor técnico se encuentra bajo dos fuegos (el de la autoridad desde arriba y el de la demanda de los de abajo), su posición no es nada cómoda, ya que deberá aprender a mediar, a negociar y quedar bien con dos amos que a veces se tornan incompatibles.
Muchos docentes manifiestan que no comprenden plenamente lo que se espera de ellos en este nuevo intento de reforma (me refiero a la NEM), y que requieren ayuda desde afuera para sacar adelante los proyectos educativos en cuestión. Pero también la “ayuda” que se pide a los ATP, es para complementar el esquema de la tarea y no para sustituirles en su trabajo, ya que la experiencia y el manejo adecuado de la realidad escolar solamente lo conocen los maestros frente a grupo. El vínculo de los docentes con relación a los asesores técnicos pedagógicos deberá traducirse en una alianza que sirva para sumar esfuerzos a favor de niñas y niños en edad escolar.
Pues bien, como podrá verse en estos momentos seguimos dentro de un complejo proceso de cambio, en donde tenemos muy claro de donde partimos, pero no tenemos del todo claro hacia dónde queremos llegar. En términos globales ahí se traduce el reto de la NEM a los docentes en México. Tener claro el punto de llegada de este complejo proceso de cambio.
Con información: Revista Educarnos
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