Transporte no es para personas en silla de ruedas
Desde que Felipe Carpy, activista animalista, perdió la movilidad de sus piernas luego de ser víctima de un violento asalto en 2022, nunca se había subido al transporte público, pues reconoce que las unidades no son accesibles para las personas en silla de ruedas o algún otro tipo de discapacidad.
Inclusive, restringió sus salidas debido a la falta de opciones de desplazamiento seguro y cuando debe salir lo hace mediante un servicio de taxi particular, pues platica que en ocasiones las plataformas digitales como Uber y Didi se niegan a ofrecer el servicio.
No salimos porque no tenemos accesibilidad en el transporte público y es costoso con Uber o algún taxi, además de que muchas veces no quieren dar servicio. Cuando tengo que salir tengo un contacto que me ayuda a hacer los viajes y gasto aproximadamente 120 en un viajeexpone.
Después de más de dos años del violento asalto, el joven decide emprender su primer viaje en el sistema de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), temeroso asciende por la rampa de la estación de la Línea 3 con ayuda de su hermano que empuja la silla, enseguida un guardia le da acceso gratuito y se aproxima a la zona de ascenso.
El metrobús se aproxima y Felipe se alista para subir, las puertas se abren y comienza a sonar el timbre que indica que el joven tiene alrededor de cinco segundos para ingresar. El tiempo empieza a correr y su hermano es meticuloso con los movimientos de la silla para que las ruedas no se atoren entre el espacio que existe entre la estación y el autobús. Logra ascender.
Felipe se posiciona en el área designada para personas con silla de ruedas, aunque hay un cinturón, se le complica colocárselo pues no es lo suficientemente largo para abrocharlo, un hombre que observa le ayuda a ajustarlo y después de varios minutos lo logran, sin embargo, no lo retiene por completo, pues su silla sigue bailando al ritmo del camión.
Fue un tanto sencillo entrar porque no hay mucha gente, de lo contrario, estoy seguro que no hubiera podido.
El Metrobús avanza tres estaciones y es hora de que el joven descienda. La puerta se abre y una vez más el timbre empieza a sonar, esta vez no le dio tiempo y queda en medio de la puerta mientras que la gente grita: ”va a bajar una silla”, casi inmediato el chofer abre la puerta unos minutos más para permitir el descenso.
Asustado, Felipe reconoce que el tiempo de apertura no es suficiente, además de que la separación entre el paradero y el camión es peligrosa ya que las ruedas se pueden atorar.
Las unidades no están adecuadas para nosotros. Si no están al cien para las personas sin discapacidad, imagínate para nosotros, es más problemático ingresar y bajar de la RUTA. Ojalá algún día se cuente con las unidades y la infraestructura adecuada para todos confía.
Felipe se anima a subirse a un camión de transporte público, aunque reconoce que hay más complicaciones de lo que encontró en el RUTA. “Los camiones tienen escaleras que nos complican subir con facilidad, creo que se tiene que ir acompañado porque ir sólo es imposible subir ¿quién me ayuda con la silla? o ¿cómo le hago?”, cuestiona.
El activista se mantiene en una parada de transporte público en espera de que pase alguna unidad. Transcurren algunos minutos y se aproxima una combi tipo van, rápidamente alza la mano y le hace señas, el chofer se sigue derecho. La escena se repite en más de cuatro ocasiones, algunos conductores se detienen metros antes para subir a otras personas, pero no esperan a Felipe. “Ya sabía que no me iban a levantar”, dice con tono de resignación. Ante una larga espera, decide frenar la experiencia de subir al transporte público.
Normativa del transporte es ambigua
Hasta ahora las adaptaciones al transporte público para que las personas con discapacidad tengan un acceso adecuado dependen de la buena voluntad de los dueños de los camiones, ya que el Reglamento de la Ley de Transporte del Estado de Puebla no especifica el diseño de las unidades para garantizar el desplazamiento de esta población.
La normativa establece que las unidades deben tener un sistema de sujeción para sillas de ruedas, reservar asientos preferentes, además de permitir el acceso de sillas de ruedas, ayudas técnicas y perros de asistencia, dándoles todas las facilidades necesarias. También reunir requisitos de seguridad, funcionalidad y comodidad con el objetivo de garantizar la accesibilidad efectiva a personas de esta población.
No obstante, en las especificaciones técnicas no se puntualizan las acciones, es decir, si deben de desplegar una rampa para facilitar el paso de sillas de ruedas, el tamaño de las puertas o si debe existir un sistema de información oral sobre la próxima parada.
En Puebla habita un millón 016 mil 831 personas con discapacidad, limitación en la actividad cotidiana o con algún problema mental, que representa el 15.4 por ciento de la población total, de acuerdo con el último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2020.
De forma detallada, 300 mil 150 personas dijeron tener discapacidad, de los cuales 46.4 por ciento fue motriz, 42.1 por ciento visual y 24.4 por ciento auditiva.
Sugieren ampliar el sistema Ruta
Para Lizeth Mejorada Barrios, activista en materia de movilidad, es indispensable que el gobierno estatal entrante tome cartas en el asunto e implemente un sistema de movilidad eficiente para este sector de la población.
Necesitamos diseñar transporte público para que se puedan mover todas las personas con autonomía; si las personas con discapacidad se pueden mover bien, también los adultos mayores, las mujeres que llevan carriolas y másprecisó.
Desde su perspectiva, la acción inmediata es ampliar el sistema de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) ya que, a pesar de tener deficiencias, su infraestructura es superior a la de combis y camiones.
La también integrante del colectivo de movilidad Puebla Activa agregó que en el siguiente proyecto de movilidad se tienen que hacer adecuaciones a las líneas actuales como implantar piso bajo con sistema de inclinación en todas las unidades. Además de paneles de información de la próxima parada y sus conexiones, así como un sistema de voz sobre el trayecto que recorre.
Nos debemos de centrar en la exigencia de Metrobús para Puebla, es importarte hacerlo ahorita porque inicia un nuevo sexenio y no seguir alentando la idea de que transporte para personas con discapacidad que maneja el DIF a ciertas horas significa inclusión porque no es asíseñaló.
Por su parte, Benigno Díaz consideró indispensable que los choferes sean capacitados con perspectiva de derechos humanos para que no se nieguen a brindar un servicio que debe ser para todos.
Finalmente, añadió que apostar por un programa de voz que exponga el trayecto que recorre la unidad y las paradas que realiza haría más sencillo el descenso de las personas ciegas.
Con información: El Sol de Puebla
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