Pese a reducción de pobreza en menores de edad, 62% de esta población vive con carencias

By on octubre 31, 2024

62.8 por ciento de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) se encuentran en situación de pobreza en el estado de Puebla, es decir prácticamente 63 de cada 100, con base en datos del Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés). 

En el análisis “Pobreza infantil y adolescente en México, 2022”, dichos organismos muestran que esta entidad federativa registró reducción de 7.1 por ciento de dicha problemática respecto a 2020, cuando la proporción era de 69.9 por ciento. 

Pese a la baja, Puebla solo logró pasar del tercer lugar que ocupaba en 2020 con el mayor porcentaje de NNA pobres, a la cuarta posición en el país en 2022. 

Chiapas es el estado con la más alta proporción, que es de 77.3 por ciento, seguida de Guerrero, con 68.8 por ciento y Oaxaca, con 64.9 por ciento. Los dos primeros estados se mantuvieron en el mismo escaño, mientras que el restante pasó del cuarto al tercer sitio.

El Coneval y la Unicef registraron que en territorio poblano, la mayor carencia social de la población infantil y adolescente en pobreza es por acceso a la seguridad social, puesto que el 75 por ciento la enfrenta.

Esta situación se presenta, entre otros motivos, porque padres, madres o tutores de las y los menores de edad, pese a estar ocupados, no cuentan con prestaciones de ley.

Después están la falta de acceso a los servicios de salud, que se detectó en el 51 por ciento;  y la ausencia de servicios básicos en la vivienda (como agua entubada, energía eléctrica y drenaje), que la padece el 31.2 por ciento de NNA. 

En tanto, 24.2 por ciento carece de  alimentación nutritiva y de calidad,  y 15.5 por ciento no tiene calidad en los espacios de su vivienda  porque el inmueble que habitan cuenta con piso de tierra, su techo es de lámina de cartón o desechos, los muros están hechos con materiales inadecuados o habitan 2.5 o más personas por cuarto. 

Además, 8.4 por ciento presenta rezago educativo, se considera que una persona está en esa situación si teniendo de tres a 21 años no ha cursado educación obligatoria o no acude a una escuela, o si teniendo 22 años carece de educación obligatoria correspondiente a su edad. 

A nivel nacional, entre 2020 y 2022 hubo reducción de 6.8 puntos porcentuales de la pobreza infantil y adolescente, quedando en 45.8 por ciento, eso significa que Puebla está 17 por ciento arriba de lo registrado en el país.

En el documento se expone que el tamaño de las localidades, por número de habitantes, es un factor que influye en la presencia de la pobreza infantil y adolescente; conforme incrementa el tamaño de las mismas, la incidencia es menor. 

En las localidades rurales (con hasta 2 mil 500 pobladores), 56.3 por ciento de NNA vive en condiciones de pobreza, mientras que en las urbanas (de 10 mil o más habitantes) la proporción es de 33.1 por ciento. 

En cuanto a las carencias sociales, se agrega que el patrón es consistente: las zonas rurales presentan mayores niveles, destacando el acceso a la seguridad social (79.6 por ciento), a los servicios de salud (55.7 por ciento) y a los servicios básicos en la vivienda (48.9 por ciento). Mientras que en las zonas urbanas, las carencias son de 40.9, 31.5 y 4.4 por ciento, respectivamente.

En el caso de la población infantil y adolescente mayor de tres años hablantes de lengua indígena, el Coneval y Unicef observan una alta incidencia de pobreza y carencias sociales: 82.3 por ciento vive en condiciones de pobreza y de este,  50.2 en pobreza extrema y el resto en moderada. 

Por otra parte, en niñas y niños de cero a 5 años de edad se ubica el nivel más alto de carencia de la mayoría de los derechos sociales; siendo la más elevada la de no acceso a la seguridad social, con 59.3 por ciento. 

Mientras que una de las carencias sociales más importantes entre los adolescentes (12 a 17 años de edad) es la del rezago educativo, con 16.1 por ciento. Los principales motivos por los que no asisten a la escuela, son por falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar. 

El Coneval y Unicef indican que los programas federales de protección social tuvieron un efecto de contención de la pobreza infantil y adolescente en 2022, particularmente en la incidencia de esta y en la pobreza por ingresos inferiores a la Línea de Pobreza por Ingresos. 

Ambos organismos subrayan que para mantener los esfuerzos de reducción de la pobreza, se requiere seguir ampliando los citados programas, especialmente los dirigidos a hogares con NNA, además de extender el impulso a la generación de empleos formales, acceso a salarios más altos, así como mejorar la cobertura y calidad de los servicios de salud y educación. 

La pobreza en la infancia y adolescencia, añaden,  es particularmente grave por su carácter acumulativo y por la etapa de desarrollo en la que se encuentran las y los menores de edad. 

Con información: La Jornada de Oriente

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