La buena planeación urbana incluye a la niñez
- Coloquio Ciudades para las Infancias
UNAM, 20 noviembre 2025.-En las ciudades las infancias enfrentan una serie de obstáculos para salir a jugar al espacio público, además de cuestiones sociales, económicas y culturales. La configuración urbana responde, principalmente, a parámetros de la figura adulta masculina productiva, donde el automóvil ha tomado un lugar protagónico sobre los habitantes, consideraron los expertos Amanda Melissa Casillas Zapata y Mario Catalán Catalán.
Casillas, profesora e investigadora de la Universidad de Nuevo León, dijo que los parques son las áreas públicas primordiales donde niñas y niños pueden recrearse en las ciudades.
Las dificultades que tiene ese sector de la población para divertirse en las urbes están relacionadas con cuestiones sociales, económicas, culturales. Es decir, las ciudades destinan mayor espacio público al automóvil, situación por la que los cuidadores limitan la posibilidad y el juego en el exterior o en espacios públicos.
Al participar en el Coloquio Ciudades para las Infancias, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, mencionó que datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef ) señalan que 70 % del espacio público de las ciudades se destinan a los carros, aunque estos están parados 90 % del tiempo. Esto deja ver la inequidad en la distribución del espacio público y las áreas para que los infantes jueguen.
Recalcó que áreas verdes y parques conforman el principal espacio público que, por lo general, se destinan a la población infantil en las ciudades, aunque están sujetos a los procesos de expansión urbana. Esto es preocupante porque, además de las deficiencias de esas superficies, no se distribuyen de manera equitativa.
Asimismo, dijo, se sabe que los parques son como los pulmones verdes de las ciudades, pues brindan importantes servicios ecosistémicos a las ciudades: contribuyen a mejorar la calidad del aire, reducen la contaminación ambiental, mitigan las altas temperaturas y al final son espacios que, al ocuparse para realizar alguna actividad física, participan en beneficio de la salud de la sociedad en general.
Sin embargo, vemos que muchas veces estos espacios ni siquiera se concentran donde principalmente están las infancias, no se distribuyen de manera equitativa, tampoco cuenten con un área suficiente.
Mario Catalán hizo referencia a la participación de la niñez en la planificación territorial, “si se revisa lo que plantea la Convención sobre los Derechos del Niño y de la Niña, en relación con su derecho a la opinión, a partir de los propios cuestionamientos que tiene este instrumento internacional, la participación infantil se identifica limitada y restringida, en particular porque se focaliza en el derecho a la expresión de la opinión”.
Ello no necesariamente tiene injerencia en la toma de decisiones porque uno de los temas relevantes que tiene la planificación territorial es la posibilidad de incorporarlos en la toma de decisiones, cómo piensan que se organiza el territorio y cómo se configura la ciudad, destacó el experto como parte del panel “Las niñeces habitan y se apropian la ciudad”.
En efecto, prosiguió, dicho tratado internacional adoptado por Naciones Unidas se centra en una ciudadanía a medias de niñas y niños. Es necesario “problematizar en términos de generar mecanismos efectivos que permitan que la población infantil pueda participar en la toma de decisiones”.
Ante ello, dijo, en Chile ha surgido el cuestionamiento, desde el Consejo Nacional de la Infancia, sobre la necesidad de incorporar un enfoque de derechos de las niñas y de los niños en la planificación y derecho urbano, porque la ciudad responde a parámetros de figura adulta masculina productiva y, en su configuración, el automóvil ha tomado un lugar protagónico”.
Desde ahí también se identifica que la imagen que tienen niños y niñas de la ciudad moderna es amenazante y hostil, piensa en el ruido, en cómo se configuran las calles y el acceso a los espacios públicos. “No obstante, cuando se revisa la literatura, las investigaciones y el interés de las ciencias sociales, en efecto, existen experiencias de participación infantil vinculadas al diseño urbano”.
Como científicos sociales, “nos interesa investigar cómo las infancias usan y se desplazan por el espacio público; cuáles son las percepciones que las infancias tienen de los parques, las plazas y las calles; cómo acceden a este a partir del proceso de socialización y en específico, cómo esta población puede participar en la planificación territorial”.
Destacó que se pueden identificar algunas iniciativas internacionales que han hecho un esfuerzo para incorporar la participación infantil en la planificación: La ciudad de los niños y niñas, del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci; las Ciudades amigas de la infancia, de Unicef, y el diseño de calles para la niñez, desarrollado en Europa, que tiene que ver con incorporar a esta población en el diseño urbano.
“Es importante que podamos entender que la infancia, a la hora de incorporarla como grupo social relevante en la planificación territorial, se tenga presente pues son una construcción social, histórica y cultural que depende de los contextos específicos y del momento en el cual nos vinculemos con esta población”.
“Tenemos el desafío de pasar de una lógica adultocéntrica, al protagonismo infantil, sobre todo en la incorporación en la toma de decisiones. Debemos entender que niños y niñas son sujetos activos en la producción de conocimiento cuya participación está reconocida en la Convención sobre los Derechos del Niño y desde ahí hay distintas iniciativas que permiten incorporar su participación en la planificación urbana”, finalizó Mario Catalán.