El androcentrismo y las neurociencias
- No hay una conexión causal entre genitalidad y formas de estar en el mundo: Lu Ciccia, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género
20 de noviembre de 2025.-Reconocer que no hay una conexión causal entre genitalidad y formas de estar en el mundo implica despatologizar, desmarginalizar la existencia de la comunidad LGBTIQ+, señaló lu ciccia, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
“Hoy estamos en condiciones de cuestionar ese anclaje estructural, de decir que la asignación de género no se basa en ninguna verdad biológica. Nuestra existencia no es una excepción o un desvío”, dijo.
Y “por supuesto, cuando tengamos claro lo anterior y la asignación de género nos parezca completamente injustificada, porque no se basa en ninguna verdad biológica, empezaremos a cuestionar el anclaje simbólico, porque algo de nuestra subjetividad va a cambiar”.
Al dictar la conferencia “Los problemas del androcentrismo en las neurociencias: binarismos y estereotipos de género”, en el marco del Día en Contra de la Violencia a Personas No Binarias (que se conmemoró el 13 de noviembre) y en memoria de Jesús Ociel Baena Saucedo (primera persona no binaria mexicana en ocupar una magistratura judicial en México y América Latina), añadió que cuestionar ese anclaje simbólico nos compromete hoy a objetar el anclaje estructural y a resignificar que si la mayoría de las personas con pene se identifican como hombres y gran parte de las personas con vulva se reconocen como mujeres, no están dando cuenta de una verdad o una causalidad biológica, sino de una correlación normativa, dada por las normativas de género, en las que se le atribuye cierta vida psicológica a una genitalidad en función de legitimar cierta división sexual del trabajo.
Entonces, hay que resignificar esa correlación como normativa, y será a través de este hecho que realmente podremos problematizar el anclaje simbólico que supone que no podamos vernos más allá de un espectro de masculinidad-feminidad.
Durante la sesión organizada por el Seminario Universitario de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina, la académica explicó que el androcentrismo remite a la mirada de una masculinidad específica: cisgénero, blanca, adulta, propietaria, heterosexual, principalmente de Europa; desde esa mirada se articuló un discurso que estableció como fundamentos de sus investigaciones la idea de diferencias sexuales entre hombres y mujeres cisgénero que alcanzaban a los cerebros.
Tal discurso, precisó, se desarrolló desde la idea del dimorfismo sexual, lo que supone plantear que hombres y mujeres cisgénero son diferentes en términos biológicos, no únicamente en función de las posibilidades reproductivas, sino de sus cerebros.
Ahora bien, “con el biologicismo me refiero a una característica biológica como suficiente para explicar un aspecto de la vida mental. La idea de mente como sinónimo de cerebro fue uno de los presupuestos fundamentales en este contexto”.
Dicho precepto no se basó en ningún descubrimiento científico, sino que tuvo que ver con una caracterización de los cuerpos según biologías excluyentes entre sí, y que de alguna manera era una justificación para argumentar que las mujeres cisgénero tenían diferentes habilidades cognitivas conductuales que los hombres cisgénero: ellos están habilitados para el espacio público, para la producción de conocimiento científico, para la fuerza; mientras que ellas se encuentran optimizadas para el espacio doméstico, la reproducción y la crianza.
La jerarquización viene al mismo tiempo que la sexualización de estas actividades. Una serie de epistemólogas feministas ha caracterizado esta idea de valoraciones excluyentes como el resultado de un sistema de valores dicotómicos –pares que se oponen entre sí–, por ejemplo, objetividad versus subjetividad, razón-emoción, universalidad-particularidad, o neutralidad-valor.
En la sesión a distancia moderada por Damián Muñoz y coordinada por Nuria Gutiérrez Gaytán, ambos de la Facultad de Ciencias, concluyó que con el paso del tiempo diferentes corporalidades “nos fuimos metiendo en la producción de conocimiento, ingresamos a las academias y seguimos produciendo saberes a través de esta guía de valores dicotómica”, finalizó.