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Conflicto en la Central de Abasto por bodegas del INPI
- Personas denominadas Indígenas de La Resurreción y bodegueros se confrontaron por espacios que son propiedad del INPI y que supuestamen habrían sido dadas en comodato
La utilización de dos bodegas ubicadas en la «Nave C» de la Central de Abasto – propiedad del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI)- desató un conflicto que llegó hasta los golpes entre un grupo de personas autodenominadas como indígenas, y de algunos bodegueros que se oponen a su instalación. Esto, derivado de la indefinición por parte de René Esteban Trinidad, representante estatal del INPI en Puebla, para determinar quiénes podrán hacer uso de estos espacios.
El grupo de indígenas que aseguraron ser originarios de La Resurrección, señalaron que el titular del IMPI en Puebla les otorgó el oficio ORPUE/2023/OF/0100 que les avala la posesión física y material de las bodegas 8 y 10, específicamente a las ciudadanas Manuela Justina Calvario y Pascuala Dolores Sabino.
Manuela Justina, en entrevista con este medio, sostuvo que fue el delegado del INPI Puebla quien les otorgó en mano el documento que avala el comodato de las dos bodegas, por lo que insistirán en su instalación a pesar de los golpes que han recibido por parte de los bodegueros de la nave C.
NO HAY NINGÚN COMODATO PARA NADIE
Ante dicho conflicto, El Sol de Puebla, solicitó la postura del delegado, René Esteban Trinidad, quien aseguró que a la fecha no han autorizado ningún comodato. “Tenemos una minuta de trabajo con la Resurrección, ellos nos han solicitado las bodegas, así como Canoa y otras dos regiones de la Sierra Norte (…) Pero hay personas que creen que con la minuta ya se pueden avalar”, señaló el delegado del INPI Puebla.
Al cuestionarle sobre la legalidad del documento que los representantes de la Resurrección, aseguran que él les entregó, se limitó a decir que no estaba seguro sobre si el oficio era fidedigno o no.
“El documento está medio extraño y no tiene sello. No estoy seguro de decirte (que sea legal). Lo que sí se tienen son minutas de trabajo”, compartió.
Agregó que, además del grupo de indígenas de la Resurrección, hay otros -originarios de Canoa y Zapotitlán de Méndez- quienes también se encuentran en la terna para ser considerados para el uso de las bodegas.
“Uno de los protocolos es que tengan constancia indígena, que en verdad sean indígenas, porque a estas fechas hay varios que se autodenominan como indígenas y a veces solo es por interés”, subrayó.
Esteban Trinidad recordó que el INPI es propietario de estas dos bodegas desde 1990, sin embargo, fue en 2017 que, derivado de los sismos, los espacios fueron clausurados.
A pesar de que se les dio el mantenimiento, desde hace aproximadamente cinco años no se han utilizado, por lo que varias personas han mostrado su interés por obtener la posesión sin ser parte de los grupos indígenas.
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