La Bestia sigue su ruta, pero las vías ya no cargan sueños

- En un tramo donde la lucha y el sacrificio eran cotidianos, el vacío habla de un cambio drástico en la travesía migratoria.
En la colonia La Loma, donde las vías del tren se entrelazan con las historias de miles de migrantes, el silencio se ha intensificado. La Bestia, el temido y a la vez anhelado tren de carga, que solía ser el refugio para quienes buscan un futuro mejor en Estados Unidos, ahora pasa sin estos viajantes. A inicios del año pasado, este tramo era un cruce de vidas, sueños y despedidas. Hoy, la escena está vacía.
El calor del día se siente intenso, el polvo se levanta con cada paso, y el aire está impregnado de una melancolía palpable. Las vías, que antes estaban acompañadas de las voces de cientos de migrantes (adultos mayores, jóvenes e infancias), ahora parecen susurrar historias olvidadas.
A un costado, las prendas abandonadas cuentan relatos de quienes, en su apuro, dejaron atrás parte de sí mismos: camisetas desgastadas, suéteres y cobijas que una vez ofrecieron abrigo en las noches frías. También hay peluches y juguetes de menores que dejaron su hogar.
Los restos de platos desechables y cientos de suelas de zapatos dispersas por el suelo son testigos del camino que tuvieron que transitar. Cada suela parece narrar la historia de un viaje interminable, de pies cansados que recorrieron miles de kilómetros en busca de una vida mejor.
También se pudieron ver refugios improvisados, construidos con piedras y plásticos. Aún se mantienen en pie, recordando la lucha por encontrar un espacio seguro, aunque sea por unas horas.
En los árboles, los migrantes grabaron el nombre de sus países como Honduras, Colombia y Venezuela. Las firmas, garabateadas con la esperanza de que alguien las lea, son un eco de la diversidad de sueños que cruzaron por estas vías.
Un sillón abandonado, cubierto con palmas para protegerse del sol, se ha convertido en un altar improvisado. Rosarios y la imagen de una Virgen descansan allí. Ahora, son testigos de las oraciones que se elevaron en busca de protección.
Uno de los motivos por los cuales esta situación se intensificó puede ser el aumento de operativos a cargo del Instituto Nacional de Migración (INM) en coordinación con la Guardia Nacional (GN).
Los elementos bajan a los migrantes del tren de Ferrocarriles del Sureste (Ferrosur) y los deportan, por lo que cambiar la ruta tradicional para evitar a las autoridades migratorias pudo ser una de las causas. Incluso, ahora optan por caminar en las carreteras, bosques, selvas, ríos y desiertos.
Este tren no ha cambiado de ruta desde el sexenio del ex presidente, Enrique Peña Nieto, así que las autoridades migratorias podían identificarlos con mayor rapidez.
En la avenida Ferrocarril, un pequeño negocio de comedores de madera se ha convertido en un observador silencioso de esta transformación. Su dueño, recuerda los días en que grupos de migrantes llenaban el lugar, compartiendo risas y comidas.
Desde a mediados del año pasado, la ausencia es palpable, considera que es por el miedo a Donald Trump, nuevo presidente de Estados Unidos, pues ha lanzado mensajes de odio en contra de migrantes. Tampoco descarta las nuevas rutas.
En el negocio de cemitas cercano, los encargados comparten la misma sensación: “Hemos visto a dos personas en varias semanas”, dicen. La frecuencia de aquellos que buscaban un bocado caliente o pedían ropa en la carretera ha disminuido drásticamente.
La Bestia, que alguna vez fue un símbolo de esperanza, por lo menos en el tramo de Puebla, ahora es un recordatorio de las caravanas migrantes. Las vías del tren, cubiertas de tierra y silencio, son el reflejo de una realidad que ha cambiado ante el anuncio de deportaciones masivas que anunció Trump.
Este medio estuvo un aproximado de tres horas en la zona, pero no se vio la presencia de migrantes. La última vez que se tiene registro de un grupo grande fue en mayo del 2024, cuando 450 migrantes, principalmente de Centroamérica tomaron este trayecto para llegar a Colima, de ahí transbordaron y el objetivo fue llegar al país vecino.
Con información: El Sol de Puebla