La Deshumanización de la Escuela
Por: Jaime Navarro Saras/ revista educarnos
La idea de desprestigiar al maestro en nuestra sociedad no es otra cosa que atentar en contra de la escuela pública y todo lo que significa la educación que recibe la mayoría de mexicanos por el Estado mexicano.
No ha sido una nota periodística, han sido miles las que de una u otra manera maximizan cada una de las ocasiones en que los maestros cometen errores (tal como sucede con cualquier otro profesionista). Conforme pasan los años, la figura del docente ha ido en constante devaluación, a tal grado que solo basta una queja o una denuncia anónima (muchas veces sin pruebas fehacientes) para que el maestro o la maestra señalado sea separado de su cargo mientras termina la investigación de la denuncia.
En este ir y venir, ni padres de familia ni autoridades de cualquier orden han hecho el esfuerzo por entregar su confianza o reconocimiento por las acciones que desarrollan los maestros en las aulas en pro de niños, niñas y adolescentes.
Hace un rato que la escuela y la labor del docente se deshumanizaron y perdieron el sentido de calidez con que se relacionaban con sus alumnos; hoy en día la escuela parece Big Brother, está tan visibilizada que en las prácticas cotidianas esta ha renunciado a las manifestaciones de calidez, agradecimiento o solidaridad con estudiantes, como un simple abrazo, una caricia o cualquier manifestación que pueda malinterpretarse como acoso y cosas por el estilo.
Sabemos que lo educativo, más allá de los contenidos, los programas o las intenciones escolares, está de más, cuando sabemos que los verdaderos aprendizajes que deja la escuela en los niños, niñas y adolescentes son aquellas cosas que tienen que ver con los sentimientos en todas sus manifestaciones, incluido el amor por el semejante. Al quitar los sentimientos de la relación escolar, básicamente se pierde todo y eso ha terminado por no entenderse socialmente, en especial por los padres de familia y por las autoridades educativas de visión conservadora.
Para dar validez al tema de la humanización, basta contestar una pregunta simple: ¿Qué recuerdas de la escuela y tus maestros cuando cursaste la educación básica? Con seguridad, las respuestas rondan alrededor de las relaciones humanas, las muestras de solidaridad y los apoyos que recibiste de tus maestros y tus compañeros y cosas por el estilo.
Estamos de vacaciones (o receso escolar, dijeran las autoridades) y de lo que menos quisiéramos saber es de las cuestiones escolares, pero sí es necesario que de cuando en cuando, y más en estos tiempos de relax, nos pongamos a pensar un poco para volver a humanizar las prácticas docentes y las labores escolares que se realizan en las escuelas, principalmente de educación básica, y que tanto le falta a esta sociedad enferma y a este mundo tan deshumanizado donde las guerras están a la orden del día. Pero en fin, sigamos disfrutando de este descanso tan merecido e inédito que nos regresaron las autoridades educativas después de 32 años.
*Editor de la revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com