La UNAM cultiva la ciencia de frontera, en la búsqueda incesante por comprender lo desconocido

  • Entregó la Medalla “Dr. Rafael Navarro González” del ICN a Juan Américo González Esparza
  • La Unidad Michoacán del IGf se transformará en el Centro de Investigaciones de la Tierra y del Espacio, anunció el recipiendario de la presea

El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, entregó la Medalla Dr. Rafael Navarro González a Juan Américo González Esparza, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM Unidad Michoacán, especialista en estudios del Sol y del clima espacial.

“La entrega de esta medalla nos recuerda que la ciencia es una aventura profundamente humana, pues simboliza una búsqueda incesante por comprender lo desconocido y un deber insoslayable con el futuro de la humanidad”, señaló.

La ciencia de frontera se cultiva en Ciudad Universitaria, en Morelos, en Querétaro, en Michoacán y en cada sede donde la Universidad de la nación mantiene presencia, afirmó ante autoridades, colegas, discípulos y familiares de Navarro y de González Esparza reunidos en el auditorio Marcos Moshinsky del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), Lomelí Vanegas.

Al evocar la figura de Rafael Navarro, honramos al ser humano que se dedicó a interrogar el Universo y a desentrañar sus secretos y también celebramos a nuestra casa de estudios, donde vocaciones como la suya germinan y se transforman en descubrimientos que amplían las fronteras del conocimiento, indicó el rector al presidir la ceremonia.

Este es también un homenaje a nuestra Universidad por articular en todos sus programas la investigación aplicada, buscando conectar la sensibilidad creativa con las necesidades de la sociedad, comentó.

“En ese mismo ímpetu se inspira la trayectoria del doctor Juan Américo González Esparza, recipiendario de esta presea. Su quehacer profesional ha permitido que México cuente con infraestructura propia para estudiar el clima espacial y sus efectos en la tecnología, la energía y la seguridad”, añadió.

Lomelí Vanegas consideró que la presea nos permite valorar un legado que trasciende épocas y latitudes. Enaltecemos al investigador que llevó el nombre de México a Marte y al maestro que formó a decenas de estudiantes. Para las y los alumnos que inician su camino académico, el nombre de Rafael Navarro González es una brújula; y el de Juan Américo González Esparza, un ejemplo concreto de tenacidad.

Resaltó que, por ello, en la Universidad Nacional fortalecemos los programas de licenciatura y posgrado en física, química e ingeniería; promovemos la participación de más mujeres en la investigación científica; impulsamos la internacionalización de nuestros proyectos; y cuidamos el crecimiento de quienes seguirán nutriendo a la tradición científica mexicana.

Cabe destacar que la medalla anual, la cual se otorgó por segunda ocasión, es para quienes hayan realizado aportaciones relevantes en México a la investigación, docencia y difusión de áreas afines a la investigación de Navarro González, como la astrobiología, la química de plasmas y las ciencias planetarias.

Al hacer uso de la palabra, Alfred Barry U´Ren Cortés, director del ICN, recordó la trayectoria científica de Rafael Navarro y la fuerza inspiradora de su pensamiento.

“Representó lo mejor del espíritu universitario, la curiosidad de sus fronteras, la capacidad de abrir campos nuevos y la convicción de que la ciencia puede transformar la forma en que comprendemos nuestro lugar en el cosmos”, subrayó.

U’Ren Cortés agregó que su legado en astrobiología, en la exploración planetaria y en la búsqueda de vida fuera de la Tierra es parte viva de la historia y presente del ICN.

“Su trabajo fue tan relevante que cambió la manera en que la NASA busca materia orgánica en Marte. Pero más allá de sus logros científicos, Rafael Navarro dejó algo aún más profundo: una forma de mirar el Universo con asombro y responsabilidad”.

Al referirse al galardonado, U´Ren Cortés dijo que González Esparza es ejemplo de liderazgo científico con profundo impacto nacional e internacional.

Gracias a su trabajo pionero, México cuenta hoy con infraestructura propia para el estudio y monitoreo del clima espacial como el radiotelescopio MEXART, el Servicio de Clima Espacial Mexicano y el Laboratorio Nacional de Clima Espacial, LANCE, logros que colocan a nuestra nación como referente latinoamericano en un tema estratégico para el progreso tecnológico y la protección de infraestructuras críticas.

Juan Américo González Esparza

En su oportunidad, Elva Escobar Briones, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) e integrante del jurado, leyó una semblanza del premiado, donde rememoró que es investigador del Instituto de Geofísica, Unidad Michoacán, así como integrante del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras (SNII) nivel 3.

“Su labor científica ha sido decisiva para el desarrollo del estudio del clima espacial en México y América Latina, así como para la construcción de la infraestructura nacional que hoy permite monitorear los efectos del Sol sobre nuestro planeta”, resumió.

Juan Américo González Esparza es doctor en física espacial por el Imperial College de la Universidad de Londres, grado que obtuvo tras formarse como físico en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Realizó un posdoctorado en el Jet Propulsion Laboratory NASA-Caltech, donde consolidó su experiencia en el análisis de datos de misiones espaciales multipunto y en el estudio de la dinámica de gran escala del viento solar.

Investigador del Sol en todos sus ciclos, así como de las tormentas solares que pueden afectar la instrumentación en la Tierra, a partir de 1997 colaboró con su antigua maestra Silvia Bravo Núñez, en la construcción de un radiotelescopio para desarrollar observaciones de centelleo interplanetario.

En 2002 gestionó el financiamiento, diseño y construcción del Mexican Array Radio Telescope (MEXART), inaugurado en 2005 en Coeneo, Michoacán, el único radiotelescopio de centelleo interplanetario en América Latina y fuente primaria de datos sobre viento solar y eyecciones de masa coronal para la región. Su creación fijó un precedente de innovación nacional en instrumentación en ciencias espaciales.

En el Departamento de Ciencias Espaciales del IGf, con su equipo de trabajo se encargó de una nueva línea de investigación en México de simulaciones numéricas hidrodinámicas de ondas de choque interplanetarias. Estos modelos permitieron reconstruir trayectorias de Eyecciones de Masa Coronal (EMC) y estimar tiempos de arribo a la Tierra con precisión competitiva a nivel internacional.

En el campus Morelia de la UNAM, en 2014 fundó el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX). En 2016 lideró el proyecto para crear el Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE) en asociación con la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Legado humano

La recibo con profundo honor y gratitud, esta distinción me conmueve por lo que representa científicamente y por el legado humano que encierra, dijo emocionado González Esparza.

“Rafael Navarro fue un pionero que supo conjugar el rigor científico con una curiosidad sin fronteras. Sus investigaciones sobre el origen de la vida y su participación en misiones de exploración marciana abrieron caminos insospechados para la ciencia mexicana. Hoy en Marte una montaña lleva su nombre, un símbolo de hasta dónde puede llegar la ciencia hecha en México”, sostuvo.

“Desde el Laboratorio Nacional de Clima Espacial que tengo el honor de dirigir, hemos buscado seguir ese mismo impulso, construir ciencia útil, abierta y comprometida con la sociedad. Logramos conformar un equipo multidisciplinario para articular investigaciones de la actividad solar, de partículas energéticas, del medio interplanetario, de la ionósfera, del campo geomagnético y coadyuvamos al desarrollo de políticas públicas, además de que diseñamos y desplegamos redes de instrumentos para cubrir el territorio nacional”.

El galardonado adelantó que la Unidad Michoacán del Instituto de Geofísica se está transformando en el nuevo Centro de Investigaciones de la Tierra y del Espacio. “Se espera que sea un nodo de excelencia en el Occidente de México para formar talento, articular ciencia con protección civil y responder a desafíos nacionales”, subrayó.

A la ceremonia asistieron: Elena Centeno García, integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM; Tamara Martínez Ruíz, secretaria de Desarrollo Institucional y esposa del galardonado; los directores de los institutos de Geofísica, y de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, José Luis Macías Vázquez y Jorge Zavala Hidalgo, respectivamente; así como Fabiola Aceves Díaz y Karina Navarro Aceves, esposa e hija de Navarro González, entre otros.