Los pecados de Albert Einstein – parte 2

Por: Dr. Esptiben Rojas Bernilla

Universidad de Magallanes (Chile)

La separación entre Mileva y Albert Einstein era irremediable, como acuerdo de divorcio fue que Albert se comprometía en darle la mitad de su sueldo a Mileva, además de la cantidad integra del premio Nobel que le concedieron. Con este dinero Mileva compró unos departamentos para vivir de ellos. Se quedó con toda la carga que significa criar dos hijos, uno de ellos con una enfermedad mental, difícil de manejar, y con odio contra su padre, actitud que dolió mucho a Albert, quien terminó alejándose de su familia y hacer una nueva vida junto a su prima Elsa.

En 1918 Albert Einstein se casa con Elsa, con quien constituiría una familia junto con las dos hijas de Elsa de su pasado matrimonio. Antes de casarse Albert estaba coqueteando con la hermana de Elsa, de tal forma que tuvo que decidirse entre casarse con Elsa o con su hermana Ilse. La joven hermana de Elsa coqueteaba con Albert, quien recibía con agrado los coqueteos, finalmente se decidió por Elsa, era la esposa perfecta para él, seria, madura, no solo una buena ama de casa sino también que lo cuidaba totalmente, además de ser su secretaria privada, le veía toda su agenda social (entrevistas, invitaciones, viajes etc.) y científica (conferencias, paper, etc.), para ese entonces Albert Einstein era muy famoso, y muchas chicas se le acercaban para conocerlo y admirarlo. De esto Albert sacó el máximo provecho posible, Elsa tuvo que hacer oídos sordos de todas estas aventuras y coqueteos de su esposo, al fin al cabo ella era la esposa oficial, lo acompañaba en todas sus actividades académicas, sabía que Albert, nunca la dejaría por una jovencita. Ambos se entendían bien, se notaban felices.

Albert Einstein y Elsa Einstein

En Estados Unidos, la familia Einstein se componía de sus hijastras Margot y Maja, También Helen Dukas, su secretaria privada, muy fiel, de quien se dice que también tuvo un romance con Albert, le sabía todos sus secretos, a tal punto que ella fue clave para estudiar sus cartas y demás información científica que dejo Albert al fallecer. También se le reconoce otro romance con Betty Neumann, otra secretaria, de quien Albert Einstein le propuso vivir juntos, ella lo rechazó.

Otras aventuras o pecados de Albert Einstein fue con la viuda rica Toni Mendel, también con Ethal Michanowski, a quien Albert llenaba de regalos. También se le conoce un romance con Margarete Lebac, una rubia austriaca, con quien salían públicamente. Todas estas infidelidades tuvieron que soportar Elsa, en algunos casos le reclamaba, pero finalmente terminaba aceptando la explicación de Albert.

El romance más famoso que tuvo Albert Einstein fue con una supuesta espía rusa Margarita Konenkowa. Por aquella época la confrontación entre Estados Unidos y Rusia, hizo que el FBI empezara a vigilar a Albert, puesto que sospechaban que tenía contacto con la KGB rusa, en esas circunstancias fue el acercamiento de la espía rusa hacia Albert, quien no se resistía a entablar romances con mujeres hermosas. Se pensaba que Albert Einstein poseía información para implementar armas nucleares. La espía pronto se dio cuenta que Albert solo era un científico con una vida apacible y coqueto, que no poseía información que pusiera en peligro a los norteamericanos. De todo este tema existe un libro escrito por Fred Jerome titulado “El expediente Einstein“. Este libro establece que en 1998 periódicos de todo el mundo reprodujeron las cartas de amor que Albert Einstein habría escrito a Margarita Konenkowa, la supuesta espía rusa. Sin embargo, nunca se probó la supuesta vinculación de Albert con los rusos.

Hasta en sus 75 años, se le reconoce un romance con Johanna Fantova.

No vamos a juzgar la vida privada de este gran científico, la reflexión es aprender a separar lo logros científicos de una persona y sus debilidades humanas. Al fin al cabo todo científico es un ser humano de carne y hueso, con talentos, potencialidades y debilidades. No es el único personaje de la historia científica que su personalidad y actitudes   pueden dejar mucho que desear, fuera de los ámbitos de la ciencia. Su vida privada, queda en ese ámbito, y no es parte de la historia de la ciencia.