De máscaras, rostros y disfraces educativos

By on agosto 28, 2017
  • Las máscaras evaden la desnudez verdadera, pero en un juego de rostros y máscaras todo cabe incluso el pudor y la hipocresía

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso*

*Doctor en educación

Profesor–investigador de la Unidad 141 de la UPN campus Guadalajara

mipreynoso@yahoo.com.mx

La máscara muchas veces es nuestro verdadero rostro, los luchadores (sociales) y de cuadrilátero, son los únicos sujetos verdaderamente sinceros, se cubren el rostro para mostrar en la vida lo que realmente son, sin que un rostro falso los detenga.

En educación los sujetos, actores o agentes educativos tenemos un rostro y mil máscaras o algo más y viceversa, tenemos una máscara y mil rostros que nos ponemos todos los días. Los docentes con máscara dicen mentiras con la finalidad de dar a conocer sus verdades verdaderas. Los políticos y funcionarios educativos sin máscara, dicen verdades, con la finalidad de ocultar sus verdaderas mentiras.

La educación es un trabajo profesional a través del cual se hace circular e intercambiar saberes sociales, nociones del mundo, representaciones de la realidad, etcétera; dicho intercambio simbólico es a través de las interacciones de máscaras y rostros.
Los alumnos y alumnas van aprendiendo en la vida a ponerse máscaras a partir de desnudar su rostro verdadero, van aprendiendo a ponerse rostros a partir de desnudar sus máscaras falsas. Las máscaras evaden la desnudez verdadera, pero en un juego de rostros y máscaras todo cabe incluso el pudor y la hipocresía.
Las máscaras sirven para mostrar y también para ocultar ciertos segmentos de realidad a interés del sujeto, mostrarnos y ocultamos lo que está ligado a los miedos, a los deseos y a una realidad cuestionada, o poco gratificante.
Dime que máscara usas y te diré por quién votarás el próximo 2018. Las máscaras sirven para mostrar los dobleces y desdobleces de personalidad. Deja salir parte de la energía contenida y permita contener aquello que no debe salir porque el sujeto se mete en problemas.
El aula de clase, la escuela y el sistema educativo en su complejidad y totalidad, es un gran escaparate que sirve para mostrar y hacer circular máscaras.
Los docentes son sinceros con sus máscaras que complementan sus rostros, para los docentes las máscaras les sirve para mostrarse a los políticos, usan máscaras para ocultarse y para esconderse hasta de sí mismos.
Es sugerente trabajar con máscaras al interior de la escuela, su técnica está ligada a las identidades, las proyecciones y permiten liberar energía contenida. De igual manera se puede dramatizar, hacer juego de roles, simular personajes y estilos de vida. Todo bajo un escenario que conjuga lo real con lo ficticio. Las personas que están en teatro, que trabajan el arte con este tipo de técnicas y estrategias de proyección.
Para los niños y niñas el juego con máscaras les sirve para dejar salir aquello que comienza a esconderse en su personalidad y que les puede causar problemas si no entienden plenamente lo que está en juego. Pongámonos máscaras y juguemos con ellas a partir de mostrar ese otro yo que cada quien ha llevado puesto en su vida desde hace mucho tiempo.
Y tú, ¿qué máscara quieres ponerte mañana que asistas a la escuela?

Revista Educarnos

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